Tras la estela de la Pinta: el medio siglo de la histórica Regata del Descubrimiento
El Monte Real Club de Yates organizó en 1972 la regata oceánica más importante de las celebradas hasta entonces en cuanto al número de participantes. 48 barcos de 35 clubes de 11 países con unas 500 personas a bordo partieron el 29 de junio de Bermudas rumbo a Baiona con el objetivo de replicar la navegación que 479 años antes, en 1493, había realizado La Pinta de Pinzón en su retorno a España para dar noticia de un nuevo continente, que se llamaría América. Conocida como la Regata del Descubrimiento, Discovery Race o BB (Bermudas-Baiona), en ella participaron algunos de los empresarios estadounidenses más destacados de la época, gente como el magnate de la prensa Beaver Brook; y un único español, el vigués Alfredo Lagos, quien con su presencia ayudó a acallar los comentarios de la prensa que tildaba de poco aventureros a los regatistas españoles por no ser partícipes de la travesía. Hoy, 50 años después de aquella competición, los archivos de los organizadores (MRCYB, New York Yacht Club, Royal Bermuda Yacht Club y The Cruising Club of America) apenas conservan unos pocos documentos y fotografías de su celebración pero todos recuerdan muy bien lo que fue: una de las regatas más importantes en la historia de la navegación, con el número de participantes más elevado hasta el momento.
Es un reportaje de Rosana Calvo,
responsable de comunicación del MRCYB
“Maltrecha la nao por los temporales pero no los corazones”. Así describen los documentos históricos (y también el monolito conmemorativo erigido en la villa marinera de Baiona) la arribada, el 1 de marzo de 1493, de la carabela Pinta de Martín Alonso Pinzón al puerto gallego con una de las noticias más importantes de la historia de la humanidad: el descubrimiento de América.
479 años después de ese capítulo, el Monte Real Club de Yates, uno de los clubes más destacados de España ya por aquel entonces, impulsó en su honor la regata más importante de la época, una competición de más de 3.200 millas en la que los participantes replicarían el recorrido de la carabela a través del Atlántico.
La llamaron, como no podría ser de otra forma, la Regata del Descubrimiento, Discovery Race o BB (por Bermudas-Baiona), y en su organización colaboraron mano a mano con el Monte Real, el New York Yacht Club, el Royal Bermuda Yacht Club y The Cruising Club of America.
Es difícil atribuir una paternidad a la idea inicial de la regata. Muchos hablan de Fernando Solano, quien avanzó en las negociaciones del patrocinio con Fraga y de la organización con los clubes implicados. Otros nombres que figuran en los registros como principales impulsores son los de Richard B. Nye (presidente del comité de regata), Hugh C.E. Masters (comodoro y presidente del comité del Royal Bermuda Yacht Club), y José María de Gamboa (presidente del comité español de la regata).
También propiciaron la celebración de la competición y formaron parte del comité español el que fuera alcalde de Vigo, José Ramón Fontán; uno de los históricos de la vela en Galicia, recientemente fallecido, Fernando Massó; el patriarca de los Gándara, José de la Gándara; José María Padró; el industrial vigués Alfredo Lagos; el presidente del Monte Real hasta 1971, Alfredo Romero (al que le sucedería en el cargo Carlos Zulueta entre el 71 y el 73); y el comodoro del club baionés hasta el 71, Manuel Varela.
Una regata cocinada a fuego lento durante una década
Fue una regata que se cocinó a fuego lento durante nada más y nada menos que 10 años, desde el 1962, cuando se empezó a hablar de su celebración; hasta el 1972 cuando finalmente se disputó. Entre medias, el proyecto se presentó formalmente al por aquel entonces Ministro de Información y Turismo español, Manuel Fraga Iribarne, que acabaría aprobando su patrocinio; se expuso a los clubes americanos que finalmente se implicarían en el evento junto con el Monte Real (el New York Yacht Club y el Royal Bermuda Yacht Club); y en 1969 se celebró la primera reunión oficial con la Federación Española de Vela.
En 1970, dos años antes de su celebración, ya existía un folleto propagandístico de la regata, para la que, en un principio, se propuso el nombre de “The Race of Discovery for La Pinta Trophy TransAtlantic”, que finalmente se simplificaría a “The Discovery Race”. En él que se explicaban todos los detalles de la competición. Sería una prueba de unas 3.000 millas de recorrido que se llevaría a cabo con la única condición de que se inscribiesen en ella un mínimo de 15 barcos.
La regata más importante y multitudinaria de la época
Las previsiones de participación, no muy elevadas en sus comienzos, acabaron superando todas las expectativas y la Regata del Descubrimiento contó finalmente con un total de 57 inscritos (de los que acabaron partiendo 48), convirtiéndose en la regata más importante de las celebradas hasta la fecha, con el número de participantes más elevado de todos los tiempos.
Entre los barcos inscritos, la mayoría de entre 40 y 60 pies (entre 12 y 18 metros), el más pequeño fue el francés Penélope III, de Alain Maupas Trinidad, con 40 pies de eslora / 12 metros; y el Beayondan de Patrick E. Haggerty, de 81 pies de eslora / 24,6 metros, el más grande.
Como curiosidad, destacar que hubo veleros, como el New World, de 43 pies / 13 metros, del norteamericano Phillip Davies, que fue construido específicamente para la regata; y que en la prueba, que contó con la presencia importantes empresarios estadounidenses, participó también el segundo barón Beaverbrook, hijo del archiconocido magnate de la prensa británica William Maxwell Aitken (Lord Beaverbrook), fundador de periódicos como el Daily Express o el Sunday Express.
Alfredo Lagos, el único español a bordo
Entre todos los inscritos solo había un español: el reconocido industrial vigués y experimentado regatista Alfredo Lagos, hijo del fundador y director durante más de 50 años de Astilleros Lagos, una de las empresas con más prestigio a nivel mundial por sus trabajos en la construcción y restauración de barcos clásicos de madera.
Con su presencia como tripulante a bordo del Dora, Lagos ayudó a acallar los comentarios de la prensa de la época, que tildó de “poco aventureros” a los regatistas españoles por no querer participar en la regata (o por no atreverse, como incluso llegaron decir algunos, por “riesgo y miedo”).
Una regata marcada por la meteorología
La Regata del Descubrimiento tenía fijada su salida el 28 de junio de 1972 desde el histórico golfo de Las Flechas (llamado así por las flechas que lanzaron los miembros de la tribu de los Ciguayos contra los españoles en el considerado primer incidente contra la invasión europea en América), tal y como había hecho la Pinta el 16 de enero 1493, pero por razones técnicas acabaron zarpando un día después desde el puerto de Hamilton.
Por delante, los 500 participantes a bordo de 48 barcos de 35 clubes de 11 países, tenían una singladura de 3.200 millas náuticas / 5.926 kilómetros (según el recorrido oficial), aunque todos esperaban que fuesen más (cerca de 4.000 / 7.408 km) por los vientos y corrientes que influirían en su periplo. Y lo cierto es que la meteorología acabó afectando, y mucho, a la prueba.
Cuando se dirigían desde Nueva York a Bermudas para la salida de la prueba, algunos barcos sufrieron los efectos de un tifón, lo que obligó a cuatro de ellos a abandonar la competición y a retrasar un día la salida para que el resto pudiesen hacer algunas reparaciones. Después, una vez iniciada la travesía, el mal estado del mar dificultó la navegación. Y a los pocos días, más problemas. Se sucedieron varias jornadas de encalmadas que originarían un considerable retraso en la culminación de la prueba.
La Regata del Descubrimiento fue la primera competición internacional que obligó a las tripulaciones a dar su situación todos los días, algo que, además de generar seguridad, facilitaba las tareas del comité de regata para controlar a la flota y los trabajos de la prensa de la época para narrar la evolución de la prueba. Pero lo que en un principio funcionó sin problemas, pronto se torció. Los participantes dejaron de cumplir con el requisito porque también facilitaban información a sus rivales y la prueba se desarrolló prácticamente en su totalidad, salvo contadas excepciones, sin un seguimiento real y continuo de los veleros.
Se sabe, por los datos aportados en los primeros días, que los veleros tomaron tres rutas distintas de navegación. Unos optaron por la ruta más corta y directa, otros se fueron hacia el norte en busca de vientos más favorables y el resto navegó hacia el sur. Pero cuando realmente empezaban a tomar distancia unos de otros, llegaron las encalmadas y las tripulaciones no lograron establecer ventajas importantes, quedando prácticamente todos agrupados en pelotón mientras duró la falta de viento.
A los cuatro días de iniciada la prueba, los radiogramas enviados a Nueva York, anunciaban al Buccaneer de Tom Clark (Nueva Zelanda) en cabeza. En la isla de las Flores (Azores), única marca fijada en el recorrido transatlántico de la regata (a 850 millas / 1.574 km de la meta), el Charisma capitaneado por Jessie Phillips (Dayton, Ohio) iba primero, seguido por el Carina de Richard S. Nye y el Jubilee III, de la Academia Naval de los Estados Unidos, capitaneado por el comandante Howard Randall.
A mediados de julio, un hidroavión Canadair CL-215 del Servicio de Búsqueda y Salvamento llegó a Vigo para hacer su primera operación de exploración en un radio de acción de unas 200 millas / 370 km. de Baiona, pero los resultados fueron negativos. En una segunda salida logró localizar a uno de los participantes, el Solution, a 6 millas / 11 km de A Guarda, pero la tripulación había arriado velas y enfilado rumbo al puerto de Vigo, con lo que dio a entender que se había retirado de la competición. Algo más lejos, un grupo de pesqueros avistaron, a la altura de las islas Berlengas (al norte de Lisboa), al grosso de las tripulaciones.
El Blackfin, primero. El Carina, ganador.
Aunque estaba previsto que los barcos de la Regata del Descubrimiento llegasen a Baiona el día 14 de julio, no fue hasta el día 18, a las 12:15 cuando el Blackfin (de bandera norteamericana, vela número 8910, 73 pies de eslora / 22, 25 m. y 16 aventureros a bordo), liderado por Kenneth W. DeMeuse, cruzó la línea de llegada, una línea imaginaria que dejaba la Torre del Príncipe (en donde hacían guardia algunos de los chicos de snipes y cruceros como los hermanos Fontán, Quico Arbones, Humberto Cervera y otros) a 180º magnéticos. A excepción de la encalmada que se encontró a la salida de Bermudas, el velero navegó prácticamente todo el resto el recorrido sin problemas, aprovechando un canal de viento. Lo hizo en solitario, invirtiendo un total de 453 horas, y al llegar, los 15 tripulantes arrojaron a su capitán por la borda para celebrar el triunfo.
DeMeuse, agotado y con el pelo revuelto del chapuzón, llamó a su país para decir que había llegado, se pidió un cubalibre con mucho hielo y atendió a los medios de comunicación. Comentó que la regata “no fue tan difícil como larga”, explicó que se hizo complicada por momentos al cruzarse con vientos muy fuertes o con ningún viento, pero que tanto la tripulación como el barco (“que es bueno y rápido”, aseguró) funcionaron muy bien.
Horas después, en torno a las ocho de la tarde, arribó al viejo continente el segundo barco, el Jubilee III, de la Academia Naval de los Estados Unidos, un velero de 22,25 metros y el número 1800 en su velamen. Iba tripulado por 17 personas, patroneado por el comandante Howard Randall y, al igual que le había pasado al Blackfin, también tocó contra los bajos de Carallones.
El 21 de julio, tres días después de haber cruzado la línea de llegada las primeras embarcaciones, aún había veleros por finalizar la travesía y entre ellos estaban algunos de los que podrían proclamarse vencedores absolutos (por el sistema de compensación de tiempos que se aplicaría para nivelar las diferencias entre los barcos grandes y pequeños). El último yate en llegar, el Tanatara, lo hizo el día 22, y fue entonces cuando se reveló la clasificación definitiva de la competición.
El ganador de la Regata del Descubrimiento Bermudas-Baiona de 1972 fue el Carina, de la clase B, patroneado por Richard “Dick” S. Nye, con 391 horas, 52 minutos y 39 segundos. Le siguieron en la tabla el Prim (Gibbons Neff Jr.), de la clase B, con 344 horas, 44 minutos, 19 segundos; y el Aura (Wallace Stenhouse), también de la clase B, con 395 horas, 27 minutos, 19 segundos. El Blackfin, el primero en arribar a las aguas de Baiona el día 18, quedó finalmente en el puesto 42 de la clasificación general.
A Richard S. Nye (1904-1988) le llegó tarde su amor por el mar y no sabía apenas nada de navegación cuando en 1945 se compró el Carina, pero pronto empezó a navegar y acabó compitiendo en regatas de larga distancia, que se convirtieron en su pasión. Participó en un gran número de ellas y llegó a ganar 7 transatlánticas, entre ellas la Bermudas Baiona, en la que se impuso con el primero de sus tres Carinas.
El patrón atribuyó (siempre lo hacía) el éxito en esta regata y otras tantas que ganó al buen hacer de su tripulación, compuesta por su hijo Richard B. Nye, como primer oficial, y otros miembros de su familia y amigos cercanos.
Los que le conocieron dicen que no navegaba para ganar, sino porque era un verdadero apasionado del mar. A la posteridad pasó su frase: «¡Está bien, muchachos, pueden dejar que el barco se hunda!», pronunciada tras finalizar la Fasnet Race de 1957 en un Carina muy dañado por la dura competición.
Su victoria en la Regata del Descubrimiento tuvo gran un eco mundial y en la difusión final del evento todos coincidieron en señalar el gran éxito que había supuesto la prueba.
La Regata del Descubrimiento, mucho más que una regata
En un encuentro con periodistas, el presidente del Monte Real Club de Yates y vicepresidente del comité español encargado de la organización de la llegada, Carlos Zulueta, resaltó los resaltó los cuatro aspectos más significativos de la regata: económico, turístico, histórico y deportivo.
La competición, patrocinada por el Ministerio de Información y Turismo (al entender que serviría para promover turismo del más alto nivel y ofrecer a las Rías Gallegas una competición deportiva de alto rango internacional), se había convertido en la de mayor participación hasta la época y las reservas de alojamientos hechas en Baiona habían repercutido en los hosteleros con una cifra que superó el millón de pesetas. Restaurantes, taxistas y otros negocios también hicieron caja durante la estancia de los norteamericanos en la villa marinera.
Alfredo Lagos, único español en la competición, se quejó, una vez acabada, de la poca atención que le había dedicado la prensa nacional y la televisión. Culpó a “una fuerza oculta que trata de minimizar todo lo de Galicia, que nos traslada a épocas anteriores a la de los Reyes Católicos. Ustedes ya saben -decía Lagos en un reportaje especial para la revista Pesca y Náutica- que cuando cae una gota de agua en Estaca de Bares, aunque en Baiona tengamos un día ideal, la frase es “Llueve en Galicia”. Para muchos Galicia está muy lejos, las carreteras son muy malas, hay muchas vacas y las mujeres llevan la carga en la cabeza. Los que sólo piensan esto, es mucho mejor que no vengan”.
Lo cierto es que todos recibieron a las tripulaciones con los brazos abiertos y los regatistas pudieron disfrutar durante varios días de la cultura, paisaje y gastronomía de Galicia. En Vigo, en los jardines del Pazo Quiñones de León, se les organizó una cena amenizada por grupos folclóricos. En Baiona, otra cena y un gran baile.
Asistieron también al famoso curro de Mougás y comieron sardinas asadas, empanada y pulpo en un refugio del monte. Y al acabar, muchos de ellos participaron en un crucero por las rías gallegas desde Baiona hasta Fisterra, navegando por los puntos más turísticos de la Galicia costera y realizando una excursión en autobús a Santiago de Compostela.
Matasellos, folletos, platos conmemorativos, banderas… recuerdan una de las regatas más importantes de la historia de la navegación. Una regata que sirvió para que varios clubes a los dos lados del Atlántico estrechasen lazos e impulsasen la que acabó siendo la competición náutica más multitudinaria organizada hasta la fecha.
Medio siglo después de su celebración, en el Monte Real Club de Yates de Baiona, germen de la competición, la rememoran como algo histórico, como uno de esos eventos merecedores de haber pasado a la historia de la vela mundial junto a otros hitos del club como el desafío a la Copa América de Vela.
Y al igual que “la noble villa de Baiona, antigua erizana céltica, tuvo la honra de ser la primera en anunciar, para asombro del mundo, el milagro del descubrimiento de las Américas”, el Monte Real Club de Yates tuvo la honra de ser el primero en organizar una regata en su honor, la más importante de la época y una de esas que siempre permanecerán en el recuerdo.
Es un reportaje de Rosana Calvo,
responsable de comunicación del MRCYB
«Con la llegada de las SUPER SERIES, el Monte Real vuelve a la senda de los circuitos internacionales»
“La competición veremos quien la gana. La ganará el mejor, seguro. Pero los que ya hemos ganado con la llegada de las 52 SUPER SERIES somos el club, Baiona y Galicia”
“Traer a Baiona a los TP52 supone cumplir uno de los compromisos más importantes que asumí con los socios a los que represento. Es un sueño hecho realidad”
“Somos un club con unas instalaciones pequeñas pero tenemos un equipo humano muy bueno, con una larga y acreditada experiencia en la organización de eventos”
Uno de los compromisos de José Luis Álvarez con los socios del Monte Real Club de Yates de Baiona cuando asumió la presidencia del club fue el de volver a organizar una regata internacional al más alto nivel. El club baionés, uno de los más prolíficos a nivel deportivo del panorama náutico español, llevaba prácticamente desde su creación organizando todo tipo de competiciones, pero las citas internacionales se habían reducido notablemente en su programa de eventos.
Esto cambió en 2020, en plena pandemia COVID, cuando en una rueda de prensa con mascarillas y distancias de seguridad, el club anunció que había logrado convertirse en sede de las 52 SUPER SERIES. Tras meses de negociaciones y un arduo trabajo para cumplir todos los requisitos exigidos por la organización, el Monte Real conseguía finalmente objetivo de traer a Baiona a los prestigiosos TP52.
La fecha del evento se fijó para el verano de 2021, pero las complicaciones derivadas del coronavirus obligaron a aplazarlo durante un año, periodo que el club aprovechó para buscar apoyos económicos. Los encontró en dos habituales colaboradores del Monte Real, la entidad financiera ABANCA y Turismo de Galicia a través del Xacobeo, que decidieron sumarse a la aventura.
Nacía así la ABANCA 52 SUPER SERIES – BAIONA SAILING WEEK, destinada a volver a poner a Galicia en el foco de la atención mundial, en la que no destacaba desde la salida de la Vuelta al Mundo de Vela desde Vigo, en 2005.
Hoy, 17 años después de ese hito, Galicia vuelve a escribir una nueva página en la historia de la vela con la celebración de las Super Series, algo que llena de orgullo al presidente del Monte Real, con el que hablamos a unas horas de empezar la competición.
¿Qué significa para el club en general y para usted en particular la llegada de las 52 SUPER SERIES?
Para el Club representa volver a la senda de los grandes circuitos internacionales. Para mí en particular, cumplir uno de los compromisos más importantes con los socios a los que represento. Eso sí, con el inestimable trabajo de mis compañeros de la Junta Directiva.
El club lleva toda su historia organizando múltiples regatas, su calendario es a día de hoy uno de los más completos de los clubes españoles, pero lo cierto es hacía tiempo que no organizaban una competición a este nivel. ¿Cómo asumen este reto?
Con una gran ilusión y optimismo. Organizar un evento de estas características es complejo. Y además requiere importantes recursos. No debemos olvidar que hemos pasado por una serie de años de crisis económica y que las prioridades eran otras.
¿Qué espera de la Baiona Sailing Week? ¿Qué nos vamos a encontrar en el evento?
Espero un gran evento para el mundo de la vela. El hecho de tener entre nosotros a los mejores regatistas del mundo con los mejores barcos de su categoría, hará que todos los aficionados y no aficionados a este deporte disfruten de unos días inigualables.
Organizar una competición de este tipo implica grandes complicaciones a nivel organizativo, económico, logístico, de personal… ¿estaba preparado el Monte Real para la llegada de las SUPER SERIES o han tenido que hacer un esfuerzo especial? ¿Cuáles han sido las mayores dificultades?
Así es, estoy seguro que todos entendemos lo complejo que es organizar este tipo de competiciones. También es cierto que el equipo humano del MRCYB tiene una larga y acreditada experiencia en la organización de eventos del más alto nivel. Como ya se conoce, somos un Club con unas instalaciones pequeñas. El espacio es un hándicap con el que nos encontramos, pero usamos al milímetro todo lo que disponemos. En cuanto al apartado económico, contamos con la colaboración de los patrocinadores. Ellos hacen posible la realización de estos eventos. Desde aquí, mi agradecimiento en nombre de todos los componentes del Club.
No es la primera vez que ABANCA y la Xunta de Galicia les apoyan en sus iniciativas. Llevan años colaborando mano a mano, en un período en el que conseguir patrocinios no resulta tan fácil como lo era antaño. ¿Qué le ofrece el club a sus colaboradores para que sigan apostando por él?
Tanto ABANCA como la Xunta de Galicia, y también la Diputación de Pontevedra y el Ayuntamiento de Baiona han sido y son un apoyo muy importante a lo largo de estos años. Cuando el MRCYB organiza eventos de estas características, pensamos en la enorme repercusión que tiene proyectar a nuestras empresas en el exterior. No cabe la menor duda de que poner a nuestra comunidad gallega y a las Rias Baixas en particular en el foco internacional, tiene una repercusión muy directa en el turismo de alto poder adquisitivo. Esto nos beneficia a todos.
Junto a usted, una de las figuras claves en la organización del evento ha sido, sin duda, el vicepresidente del club, Alejandro Retolaza, que ha estado implicado desde los detalles más grandes a los más pequeños. Cuéntenos, ¿cómo funciona el tándem Álvarez-Retolaza?
No tendría espacio suficiente para expresar lo que no sólo para mi, sino para el Club, representa la figura del Vicepresidente Retolaza. La comunicación y comunión de ideas con él es tan fluida que a veces nos sorprendemos. Da la impresión que pensamos las mismas cosas en el mismo instante. Conoce el Club hasta el último rincón y en cuestiones de logística, siempre va por delante de todos nosotros. Cada día aprendo algo nuevo con él. En este sentido quiero resaltar también el compromiso sincero que la Junta Directiva tiene con el Club. Un equipo que dedica muchas horas y muchos días del año para desarrollar en todo lo posible las diferentes áreas. Creo que tengo a mi lado a personas que dan lo mejor de sí y siempre digo que hacen que todo fluya con gran profesionalidad. Para mí un regalo.
En los últimos días se ha hablado mucho de las cifras astronómicas sobre las que pivota el evento, en el que participan barcos de 2 millones y medio de euros con campañas deportivas que superan el millón de euros… pero nos interesa más saber el impacto económico que va a tener en Baiona y su comarca. Se habla de más de 2 millones de euros. ¿Es una cifra realista?
Así es. Desde mi punto de vista y conociendo las cifras que habitualmente manejamos por cada persona que de una manera u otra participa en el evento, probablemente se supere esa cifra.
Para acabar nos gustaría que “se mojase” y nos dijese qué equipo o equipos son sus favoritos y quién cree que se llevará la victoria en Baiona. ¿Se atreve?
Yo, como todo el mundo aficionado tengo mis favoritos, pero es tan alto el nivel de los regatistas, que no me atrevo a realizar un pronóstico. Cualquiera de ellos podría serlo, pero en el mundo de la vela nada es predecible. El mar, el viento etc… da muchas sorpresas. Estoy seguro que ganará el mejor.
Es una entrevista de Rosana Calvo, responsable de comunicación del MRCYB
Baiona, ejemplar en deporte femenino
Hoy, nuestro proyecto de «Vela en femenino», con el que llevamos ya algún tiempo impulsando la presencia de la mujer en el mundo de la vela, es portada en La Voz de Galicia.
Una gran portada para la mujer y para la vela… Una portada que nos anima a seguir trabajando para que cada vez haya más mujeres navegando y compitiendo.
Más información:
Especial VELA EN FEMENINO
Pese a los avances que se vienen produciendo en los últimos años para lograr la igualdad, el binomio mujer-mar continúa necesitando apoyos e impulsos para seguir abriéndose camino, y eso es algo que sólo se logrará con el compromiso de todos con el fomento del deporte igualitario.
En este sentido, desde el Monte Real Club de Yates se pusieron en marcha, a lo largo de este año, una serie de iniciativas destinadas a aumentar la presencia de la mujer en el mundo de la vela e impulsar su participación en competiciones y actividades en las que la presencia masculina sigue siendo mayoritaria.
Os las contamos todas en una newsletter especial, que podéis leer aquí:
https://mailchi.mp/d9893df03caf/el-paol-del-monte-real-xc-especial-vela-en-femenino
Uno de los retos del presente y del futuro del MRCYB pasa por seguir ayudando a las mujeres a tener un mayor protagonismo en el deporte náutico, para que puedan navegar en igualdad de condiciones, porque el mar no entiende de género.
REPORTAJE: 46 años de vela de altura en el Monte Real
Creado en 1976 por el Monte Real Club de Yates y disputado sin interrupción desde entonces, el Conde de Gondomar se ha consolidado con el paso de los años como una de las regatas más carismáticas del panorama náutico español, con una historia repleta de grandes nombres de la vela en Galicia que no conviene olvidar, y una de las pruebas más emocionantes de la vela atlántica: el Baiona-Carrumeiro Chico-Baiona, de casi 100 millas. En 2020 ni el COVID19 pudo pararlo y en este 2021 celebrará en Baiona su cuadragésimo sexta edición bajo el nombre de Gran Premio Zelnova Zeltia Banco Sabadell. Será los días 23, 24 y 25 de julio.
Reportaje de Rosana Calvo, responsable de comunicación del MRCYB
Aunque la historia del Trofeo Conde de Gondomar empieza a escribirse en 1976, con el nacimiento de la competición, debemos remontarnos varios siglos atrás para descubrir el verdadero origen de su nombre, que surge de un pretendido homenaje a la figura de Diego Sarmiento de Acuña, primer Conde de Gondomar.
Hijo del gobernador de Galicia, al mando militar de la frontera portuguesa y la costa gallega, Sarmiento fue la figura clave en el ejército de 5.000 hombres que, a pesar de haber sido reclutados a toda prisa, lograron contener el ataque que el pirata más famoso de la historia, Francis Drake, iba a perpetrar contra Baiona.
El 8 de octubre de 1585, el Conde de Gondomar firmó uno de los capítulos más importantes de la historia de la villa marinera gallega, forzando la retirada de los 30 navíos y 1.500 hombres con los que Drake pretendía hacerse con la localidad, y fue nombrado “Gobernador de la gente de guerra de Baiona y del Castillo de Monterreal”.
El Conde de Gondomar quedó así ligado para siempre a la península del Monte Real, donde hoy en día se ubica el Parador Nacional, que también lleva su nombre; y el Monte Real Club de Yates, que en 1976 decidía bautizar como Trofeo Conde de Gondomar a una prueba que, con el paso de los años, se convertiría en la regata de altura por excelencia en Galicia.
Nacía así una de las competiciones más importantes del panorama náutico español, bajo el mandato de Rafael Olmedo Limeses como presidente del club; y con el almirante Rafael Lorenzo (comodoro), Humberto Cervera “Piruchi” (delegado de vela) y Alfonso Paz Andrade, como figuras claves en su creación; junto con Jesús Valverde, José Ramón Fontán, José de la Gándara y Rui Moreira.
El 19 de agosto de aquel año, 29 barcos aceptaron el desafío y pusieron rumbo a la zona de Cabo Silleiro, donde estaba previsto celebrar un triángulo olímpico que finalmente no llegó a disputarse a causa de la niebla. La segunda de las tres pruebas previstas en programa, un recorrido entre Baiona y Muros, también se suspendió, esta vez por falta de viento; y el estreno del Trofeo Conde de Gondomar quedó reducido a una única prueba que ganó el “Ardora” (Contention 33) de Alfonso Paz Andrade y Julio Babé, patroneado por Gonzalo Romero.
Fue la primera de las cuatro victorias consecutivas que encadenaría el “Ardora” en las cuatro primeras ediciones del Conde de Gondomar, llevando entre su tripulación a históricos de la vela en Galicia como Fernando Massó o Gonzalo Romero.
En 1980, la competición introduce cambios en los trazados que se habían diseñado inicialmente, con una nueva prueba de 120 millas entre Baiona-Povoa de Varzim-Baiona, que se suma al triángulo olímpico y una regata media con recorrido en forma de nueve entre las Islas Cíes y Ons. El triunfo fue para el irlandés “Moonduster” (Swan 441), de Dennis Doyle, que había llegado a Galicia con la regata Lymington-Baiona y decidió estrenarse también en el Conde.
En 1981 se produce una nueva modificación en los recorridos. De una idea de Fernando García Tobío (del Comité de Regatas del club junto con Alfonso Paz Andrade, Estanislao Durán y Jacobo Fontán) y en honor a Jesús Valverde, nacía el Baiona – Carrumeiro Chico – Baiona, una histórica prueba que se mantiene hasta la actualidad como una de las más emocionantes del calendario regatero peninsular.
El vencedor de esa edición, y también de la siguiente (1982), fue un barco de otra de esas sagas históricas que surgieron de la náutica gallega: el “Vento” de Manuel Fernández, quien muchos años después recibiría la medalla de oro de la Real Federación Española de Vela, máximo galardón de la vela española.
Tras las victorias del “Ardora” y del “Vento”, empiezan a bordar su nombre en el cuadro de honor del Conde de Gondomar los distintos Pairos de José Luis Freire. El «Pairo Tres” ganó por primera vez en 1983, repitió en 1984, y los siguientes modelos con los Freire disputó el Conde, todos bajo el mismo nombre le darían otros 4 triunfos más.
Hasta el momento, José Luis Freire es el que mayor número de victorias ha logrado en la competición. Suma un total de 6: tres en la década de los ochenta (1983, 1984 y 1988) y otras tres en los primeros años del nuevo milenio (2003, 2007 y 2009). En la actualidad, a sus 84 años, el “Tibu” sigue participando en el Conde (no solo como armador, sino también a bordo de sus barcos) y, aunque no ha vuelto a lograr ninguna victoria más, está siempre entre los favoritos.
Siguiendo su estela nos encontramos al “Aceites Abril” de Luis y Jorge Pérez Canal; que suman 4 victorias, las mismas que lograron en su día el “Ardora” de Paz Andrade, el “Castrosúa” liderado por Willy Alonso y el “Alaxe” de Julio Martínez Gil. El barco de los hermanos ourensanos ha sido el protagonista indiscutible de los años más recientes, llevándose el gran premio en 2013, y encadenando tres oros consecutivos en 2016, 2017 y 2018.
En los dos últimos años, los vencedores fueron el equipo del portugués Rui Ramada, que en 2019 repitió con el “Yess Too” el triunfo que había logrado en 2014 con el “Fifty”; y el “Magical” de Julio Rodríguez, que en 2020 reescribía su nombre en el histórico de ganadores del Conde, que ya había firmado en 2001 con el “Starfisher”.
Paz Andrade, Julio Babé, Gonzalo Romero, Manuel Fernández, José Luis Freire, Jaime Rodríguez Toubes, José María Lastra, Pedro Campos, Julio Martínez Gil, Gonzalo Araújo, Willy Alonso, Javier de la Gándara… son algunos de los armadores y patrones más destacados de la historia de la vela en España que han pasado (y siguen pasando) por el Trofeo Conde de Gondomar.
Disputado sin interrupción desde 1976, la competición del Monte Real Club de Yates se ha consolidado como una de las regatas más carismáticas de España y en este 2021 cumplirá su cuadragésimo sexta edición bajo la presidencia de José Luis Álvarez. Se celebrará en Baiona los días 23, 24 y 25 de julio bajo el nombre de Gran Premio Zelnova Zeltia Banco Sabadell.
Incluirá, como viene siendo tradición, la histórica prueba del Carrumeiro Chico, de unas 100 millas de distancia, cuyo récord ostenta el «Cenor & De Dietrich», un Farr 50 del Real Club de Regatas Galicia, que en 2011 pulverizó las cifras que el velero vasco «Zorongo» mantenía desde 1992. La tripulación arousana, liderada por Martín Bermúdez de la Puente, completaba la subida y bajada al Carrumeiro Chico desde Baiona en apenas 11 horas, 56 minutos y 57 segundos, rebajando en más de 30 minutos los números logrados por los vascos 19 años antes.
es un Reportaje de Rosana Calvo, responsable de comunicación del MRCYB // LAS FOTOS incluidas PERTENECEN AL ARCHIVO HISTÓRICO DEL MRCYB
CUADRO DE HONOR · TROFEO CONDE DE GONDOMAR
1976 ARDORA / Armador: A.Paz Andrade – J.Babé / Patrón: Gonzalo Romero
1977 ARDORA / Armador: A.Paz Andrade – J.Babé / Patrón: Gonzalo Romero
1978 ARDORA / Armador: A.Paz Andrade / Patrón: Fernando Massó
1979 ARDORA / Armador: A.Paz Andrade – J.Babé / Patrón: Gonzalo Romero
1980 MOONDUSTER / Armador: D.N.Doyle / Patrón: Denis Doyle
1981 VENTO / Armador: M.Fernández / Patrón: M. Fernández
1982 VENTO / Armador: M.Fernández / Patrón: M. Fernández
1983 PAIRO TRES / Armadores: J.L.Freire / C.Freire / B.Logares/E.Durán / Patrón: J.L. Freire
1984 PAIRO TRES / Armadores: J.L.Freire / C.Freire / B.Logares/E.Durán / Patrón: J.L. Freire
1985 CUTTY SARK / Patrón/armador: J. Lastra / J.Gándara
1986 KOCHAB / Armador: Armada Española / Patrón: Carlos Pardo
1987 XEITO – J&B / Armador: J.M. Piñeiro / Patrón: J.M. Piñeiro
1988 PAIRO CUATRO / Armador: J.L. Freire / C. Freire / B. Logares / Patrón: J.L. Freire
1989 PALACIO DE ORIENTE / Armador: J.L. Freire / C. Freire / Patrón: J.L. Freire
1990 COTE / Armador: Armada Española / Patrón: Jaime Rodríguez Toubes
1991 SONY / Armador: Castor Alonso / Patrón: Castor Alonso
1992 FARO FINO 3000 / Armador: Antonio Roquette / Patrón: Javier Gándara
1993 DEAR HENRY (IOR) / Armador/patrón: Jean Claude Sarrade // RABISCO (IMS) / Armador: Rafael Olmedo / Patrón: Rafael Olmedo Jr.
1994 CONSERVAS MIAU (IMS Regata ) Armador/patrón: José María Lastra // ALAXE (IMS Crucero) / Armador/ patrón: Julio Martínez Gil
1995 CONSERVAS MIAU (IMS Regata) / Patrón: José María Lastra // GALICIA CALIDADE (IMS Crucero) / Patrón: Alberto Viejo
1996 TERRAZOS RIEGO (IMS Regata) / Patrón: Carlos Monclús // CUTTY SARK (IMS Crucero) / Patrón: Pablo Boiznet // ALAXE (IMS Crucero Amateur) / Armador: Julio Martínez Gil
1997 GALICIA CALIDADE (IMS Regata) / Patrón: Pedro Campos // ALAXE (IMS Crucero) / Patrón: Julio Martínez Gil
1998 PORTOS DE GALICIA (IMS Regata) / Patrón: Javier de la Gándara // ARROUTADO (IMS Crucero Regata) / Patrón: José María Pérez // NORO (IMS Crucero) / Patrón: Gonzalo Araújo
1999 PORTOS DE GALICIA (IMS B) / Patrón: Javier de la Gándara // ARROUTADO (IMS C) / Patrón: José M. Pérez
2000 TELEFÓNICA MOVISTAR (IMS B) / Patrón: Gonzalo Araújo // ALAXE (IMS C) / Patrón: Julio M. Gil
2001 STARFISHER (IMS – B) / Patrón: Julio Rodríguez
2002 TELEFONICA MOVISTAR (IMS 600) / Patrón: Guillermo Alonso // SALSEIRO (CRUCERO) / Patrón: Manuel Blanco
2003 PAIRO IX / Patrón: Francisco Moret
2004 CASTROSÚA – CARSA (IMS 600) / Patrón: Guillermo Alonso
2005 CASTROSÚA – CARSA / Patrón: Guillermo Alonso
2006 NACIONAL SUIZA SEGUROS / Patrón: Javier de la Gándara
2007 PAIRO VIII / Patrón: José Luis Freire
2008 CASTROSÚA – CARSA / Patrón: Guillermo Alonso
2009 PAIRO VIII / Patrón: Laureano Wizner
2010 SOLVENTIS / Patrón: Manuel Bermúdez de Castro
2011 XPLOSION / Patrón: Carlos Mendonça
2012 CASTROSÚA / Patrón: Willy Alonso
2013 ACEITES ABRIL / Patrón: Luis y Jorge Pérez Canal
2014 FIFTY / Patrón: Rui Ramada
2015 CORSARIO VI / Patrón: Javier Durán
2016 ACEITES ABRIL / Patrón: Luis y Jorge Pérez Canal
2017 ACEITES ABRIL / Patrón: Luis y Jorge Pérez Canal
2018 ACEITES ABRIL / Patrón: Luis y Jorge Pérez Canal
2019 YESS TOO / Patrón: Rui Ramada
2020 MAGICAL / Patrón: Julio Rodríguez
“La Escuela de Vela del Monte Real es una de las más completas de España”
Cuando se cumplen dos años de la llegada de Roy Alonso al Monte Real Club de Yates, el que fuera entrenador olímpico de la clase Laser Radial, coordinador del Centro Especializado de Alto Rendimiento de Santander y director técnico de la Real Federación Española de Vela, nos habla de cómo ha cambiado la gestión deportiva del club baionés.
Nuevos barcos, nuevas estrategias y nuevas acciones que han empezado ya a dar los resultados esperados. La Escuela de Vela del Monte Real Club de Yates tiene en la actualidad 123 alumnos en sus diferentes modalidades de vela ligera y crucero, la mayor parte de ellos de Baiona y otros puntos de la provincia de Pontevedra. Presta además servicio a numerosas asociaciones y entidades de personas con diversidad funcional, ofreciendo actividades y cursos de vela adaptada a cerca de 50 personas durante todo el año.
Nos gustaría empezar esta entrevista echando la vista hacia atrás para que nos cuentes cómo han sido estos dos últimos años en Baiona, ¿qué balance haces de los cambios introducidos en la Escuela de Vela?
La valoración es muy positiva a todos los niveles. Cuando me llegó la posibilidad de poder trabajar en el Monte Real, la directiva siempre fue muy proactiva al deporte de la vela, y eso fue algo que me animó mucho para coger este proyecto. Además, el cuerpo técnico que tenía el club era muy bueno, solo había que reconducir a cada uno hacia aquello en lo que realmente eran específicos; y con las nuevas incorporaciones fuimos capaces de aumentar la capacidad técnica de la escuela en muy poco tiempo. Ahora tenemos una escuela estructurada y con una planificación dentro de cada grupo de trabajo con los alumnos de la escuela que nos está dando muy buenos resultados.
Uno de los cambios más importantes de la Escuela ha sido la introducción de un nuevo tipo de barco, el Cyclone. ¿Por qué la apuesta por esta embarcación?
Estaba buscando un barco colectivo que fuera más completo de los que se estaban utilizando en la actualidad en Galicia, y que se pudiera utilizar tanto para niños como para adultos. Y este barco tenía las características que buscaba. Lo importante es que fuera una embarcación rápida, sencilla y de fácil manejo en la que se pudiera enseñar lo más parecido a las embarcaciones que luego se usan al salir de una escuela. Con esto conseguimos más diversión y aprendizaje para los alumnos, que salen más preparados para cualquier tipo de embarcación.
Por lo que veo, uno de los objetivos sigue siendo que los niños, cuantos más mejor, se acerquen al mar y disfruten del mundo de la vela, pero lo cierto es que son muchos los que siguen pensando que se trata de un deporte elitista. ¿Es posible desmitificar esta idea?
Cuando un alumno entra en una escuela, sea niño o adulto, puede venir para disfrutar y aprender de la navegación a vela o puede tener el gusanillo de la competición. Cuando solo vienes a navegar para aprender y divertirte solo tienes los gastos de la mensualidad, que se mueve entre los 50 y los 65 euros, según edades. Bueno, y después la ropa que te compres para navegar cómodo, y aquí ya sabemos que hay empresas que venden marcas deportivas a precios más asequibles. Cuando a alguien le pica el gusanillo de la competición y quiere ir más allá, hay dos posibilidades. La primera es comprarte un barco y el material, y aquí todo depende de lo optimizado que esté. El ejemplo está muy claro si lo comparamos con las bicicletas. Para pasear y hacer deporte las tienes desde 200 euros, pero si quieres mejor material o algo para competir, los precios pueden sobrepasar los 6.000 euros con facilidad. Pues en la vela pasa lo mismo. La segunda opción es que te guste competir y no tengas o no quieras gastarte ese dinero. En este caso, si logras enrolarte en alguna embarcación de regata que necesite tripulantes, solo tendrás el gasto de la licencia federativa y la ropa específica.
Otro de los problemas es que muchos clubes se han acabado convirtiendo en entidades puramente sociales con muy poca vinculación con el mar, principalmente por falta de afición de sus socios. ¿Cuál es la situación del Monte Real con respecto a este tema?
Por desgracia es algo que suele pasar en los clubes náuticos. Creo que nosotros vamos en el buen camino y cada día hay más socios que se involucran en el deporte de la vela, por la parte de escuela con familiares o ayudando en la progresión de los alumnos de la escuela. El club ha invertido en los últimos dos años en material deportivo y equipo de trabajo y con esto hemos conseguido involucrar al socio más en el deporte y esperamos seguir avanzando en esta línea. A día de hoy, el porcentaje de socios en la Escuela de Vela es del 25 por ciento. El 75 por ciento restante de los alumnos no son socios del club, una cifra que también es muy importante para nosotros, porque implica abrir el Monte Real al exterior, a Baiona, a la provincia de Pontevedra y a todo aquel que quiera practicar vela con nosotros.
Cuando llegaste al club dijiste que “en el Monte Real hay un gran potencial dormido y es mi intención despertarlo e impulsarlo, aprovechar la grandeza de este histórico club para sentar las nuevas bases de un futuro que promete”. ¿Cómo llevas ese objetivo?
Sigo pensando lo mismo y poco a poco vemos que la evolución es muy buena. Estamos incrementando el número de eventos y barcos en las diferentes competiciones que realizamos y conseguimos una satisfacción por parte del deportista que viene al club a competir. Y por el lado de la escuela tenemos mucha más demanda y una gran actividad tanto de fin de semana como de semana. Nuestro afán siempre es mejorar y seguiremos en esta línea, porque nos llena de satisfacción cuando tanto el regatista como los alumnos están contentos con todas las actividades que se realizan en el club.
¿Qué ofrece en la actualidad el Monte Real Club de Yates a todo aquel que quiera navegar?
Intentamos ofrecer unos cursos que las personas que quieran disfrutar de ellos aprendan y disfruten de la navegación a vela. En los cursos anuales tenemos vela ligera y equipos de regatas para niños. Son cursos que se imparten durante los fines de semana para menores de edad con precios muy asequibles, entre los 40 y los 60 euros. Además, trabajamos con varias asociaciones de personas con diversidad funcional, niños tutelados y menores con problemas de conducta. Y para adultos tenemos vela ligera y crucero, tanto en fin de semana como durante la semana, con un precio de 65 euros mensuales. En este grupo, además de enseñar a navegar a vela, se hacen muchas dinámicas de navegación nocturna, aprender a fondear, atracar, navegación costera, etc. Ofrecemos también clases particulares, por si algún alumno necesita horarios diferentes a los marcados o si tiene su propia embarcación y quiere aprender más sobre ella. Y en verano tenemos mucha más oferta lúdica y de ocio.
Este año, como novedad, habéis incluido también en la escuela cursos de PNB, PER, Patrón y Capitán de Yate, y los archiconocidos cursos RYA (de la Royal Yachting Association), para los que aún hay que esperar a la homologación. Va a ser, sin duda, un gran salto cualitativo, ¿qué expectativas tienes puestas en este tipo de formación?
Así es. Firmamos un convenio para poder realizar titulaciones náuticas ENAL, los títulos nacionales de manejo de embarcaciones de recreo; y también los famosos cursos RYA. Daremos también cursos de navegación de altura, de manejo de electrónica, y otras muchas cosas. La verdad es que tenemos una de las escuelas más completas de España.
Con la puesta en marcha de los cursos RYA, el Monte Real se convierte en el primer club de Galicia y de todo el Cantábrico en ofrecer este tipo de formación. ¿Cree que el resto de escuelas gallegas acabarán por ofrecerlos también o no hay tanta demanda como sucede, por ejemplo, en el Mediterráneo?
Son cursos muy específicos, con una mayoría de clientela más bien extranjera, por lo que con una academia en el norte de España debería ser más que suficiente. Estas titulaciones tienen una mayor demanda en el Mediterráneo porque los yates sí obligan a sus tripulaciones el sacar las titulaciones RYA. En Galicia de momento no tenemos tanta demanda turística. Ojalá.
¿Cómo ves la situación de las escuelas de vela en Galicia?
Creo que hay clubes que lo están haciendo bien y otros que podrían mejorar. Hay escuelas con material muy viejo y así es difícil ofrecer algo interesante. Para hacer de la vela un deporte atractivo hay que renovar materiales, estar al día y ofrecer variedad.
Y en ese escenario que nos acabas de dibujar… ¿dónde se encuentra la Escuela del Monte Real? ¿Cuál es su situación en comparación con el resto de escuelas?
No me gusta compararme con ninguna escuela, pero sí creo que en el Monte Real estamos avanzando hacia una escuela muy completa y moderna. Cada vez traemos más barcos y productos nuevos para hacerla más atractiva y también buscamos un ambiente de comodidad y diversión.
Y ahora que ya conocemos mucho de lo que se hace y se va a hacer en la Escuela MRCYB, cuéntanos, ¿por qué deberíamos participar en alguno de vuestros cursos o actividades?
Te puedo dar varias razones. La primera es que, para navegar a vela, las Rías Baixas tienen unas condiciones de mar y viento perfectas. Por otro lado, los cursos que impartimos tienen unos precios muy asequibles y que permiten que ninguna persona que quiera navegar se quede sin hacerlo por dinero. Y por último, tenemos una variedad tan grande de productos para hacer vela que puedes engancharte en muchísimas cosas diferentes. Seguro que alguna te gusta.
Es una entrevista de Rosana Calvo, responsable de comunicación del MRCYB
REPORTAJE: Mujeres con viento en popa a toda vela
REPORTAJE DE ROSANA CALVO, RESPONSABLE DE COMUNICACIÓN DEL MRCYB
En este 2021, tras más de 40 años de competición, el Campeonato Gallego de A Dos, celebrado a comienzos de mes, tuvo a sus primeras campeonas gallegas. Por primera vez en la historia del trofeo, las mujeres pudieron optar a un título específico para ellas, una distinción que fue solicitada a la Real Federación Gallega de Vela por el Monte Real Club de Yates en el marco de su proyecto Vela en Femenino. Es una iniciativa que, a través de diferentes propuestas, busca acabar con las desigualdades que niñas y mujeres han sufrido en el mundo de la vela en particular y el mundo náutico en general. Unas desigualdades e injusticias que se remontan siglos atrás…
No mucho antes de la Revolución existía en Francia una ordenanza real que impedía a las mujeres embarcarse en los barcos de la Corona. Al igual que en otros muchos sectores de la sociedad, en el mundo náutico las mujeres estaban consideradas seres menos inteligentes y capaces que los hombres, y llevar a una a bordo suponía -según decían- un claro lastre para las expediciones. Había incluso quien, apoyándose en una antigua superstición marinera, aseguraba que las mujeres traían mala suerte a las embarcaciones, motivo por el cual debían quedarse en tierra.
Por suerte, ya por aquel entonces hubo quien no quiso aceptar esas desigualdades y se atrevió a saltarse las normas, aun corriendo el riesgo de ser descubierta y castigada. Disfrazada de hombre, la botánica francesa Jeanne Baret se embarcó, en 1767, en una de las naves que, bajo el mando de Louis Antoine de Bougainville, formarían la primera expedición gala en circunnavegar el planeta. Baret se convirtió así en la primera mujer en dar la vuelta al mundo a través de sus océanos, trayendo consigo, además, una colección de más de 6.000 especies de plantas (que hoy se conservan en el Museo Nacional de Historia Natural de París), lo que le valió la felicitación del mismísimo rey Luis XVI.
Nunca sabremos cuántas mujeres se habrán tenido que echar a la mar vestidas de hombre a lo largo de los siglos ni cómo lograron engañar a los marineros de a bordo durante los largos meses que duraban las expediciones, pero lo cierto es que las hubo y que la mayor parte de ellas no aparecen en los libros de historia.
Entre esas grandes mujeres que no han recibido el reconocimiento que merecen está la gallega Isabel Barreto de Castro. Nacida en Pontevedra en torno al año 1567, fue pionera en la navegación mundial al convertirse en la primera almirante de la Marina Española. En 1595 asumió el mando de la expedición que partió rumbo a las Islas Salomón pero, pese a llevar a un cronista a bordo (el portugués Pedro Fernández de Quirós), poco o casi nada se sabe del gran capítulo que esta mujer escribió en la era de los descubrimientos.
Son solo dos ejemplos de los muchos que han pasado prácticamente desapercibidos en la historia de la navegación, en la que el dominio ha sido y sigue siendo claramente masculino. Hubo que esperar hasta el siglo XX para empezar a ver a mujeres ocupando puestos destacados en las embarcaciones. La rusa Anna Ivanovna Shchetinina se convirtió en 1935, con 27 años, en la primera capitana de la marina mercante.
En España, no fue hasta después de la Constitución de 1978 (que establecía la igualdad ante la ley de hombres y mujeres, sin discriminación de sexo) cuando las mujeres se pudieron matricular, por primera vez, en las carreras náuticas de las escuelas superiores de la Marina Civil.
La asturiana Ángeles Rodríguez fue la primera alumna en 1979 y se tituló como la primera oficial de la Marina Mercante en 1984. La canaria Mercedes Marrero fue la primera capitán en 1992, Idoia Ibáñez la primera capitán con mando, María Cardona la primera oficial de máquinas y Macarena Gil, la primera mujer que ejerció de práctico del puerto, una profesión en la que hasta 2015 -básicamente hasta antes de ayer-, solo trabajaban hombres.
El hecho de que en España no se permitise el acceso de la mujer a la formación náutica hasta 1979 hizo que muchas de ellas se incorporasen muy tarde al mercado laboral y es esa una de las causas, sumada a muchas otras relacionadas también con la discriminación (como la creencia de que las mujeres están menos capacitadas físicamente o preparadas para peligrosidad de la actividad), de que su presencia en el sector marítimo sea muy inferior a la de los hombres.
A pesar de estar metidos ya de lleno en el siglo XXI y de todos los avances vividos en las últimas décadas, las mujeres siguen siendo una minoría y apenas llegan al 2 por ciento del casi millón y medio de marineros que existen en todo el mundo, según datos de la Organización Internacional del Trabajo. No solo son pocas sino que, además, raramente (no llegan ni al 1 por ciento) ocupan puestos de alto rango jerárquico.
El mar se ha mantenido durante siglos ligado a la figura del hombre, que salía a faenar mientras que la mujer se quedaba en tierra a la espera, como ama de casa o como redeira, pescantina, conservera, comercializadora… en profesiones que se practicaban fuera del mar (y tenían un prestigio mucho menor), aunque estuviesen estrechamente ligadas a él.
En el apartado más lúdico y deportivo, el relacionado con deporte de la vela, la balanza también cae estrepitosamente hacia el lado masculino. En la actualidad, la cifra de deportistas federados en España supera los 17.000, de los cuales casi 14.000 son hombres, quedando reducida la presencia femenina a apenas 3.500 deportistas. Son apenas un 21 por ciento del total, y la cifra cae por debajo del 15 por ciento si contamos las que participan en regatas oficiales.
Si bien es cierto que se han dado importantes pasos en pro de la igualdad en el deporte de la vela, lo cierto es que, al igual que sucedía en el sector marítimo, son aún muy pocas las mujeres que han obtenido un reconocimiento mundial por sus hazañas. De la mayoría de ellas, solo los realmente interesados en la materia sabrán reconocer sus nombres y sus logros.
Mujeres como la neozelandesa Naomi James, la primera que, en 1977, dio la vuelta al mundo navegando a vela, en solitario y sin escalas, batiendo además todos los records de velocidad; o Dee Caffari, que 2006 hizo lo mismo pero al revés, de este a oeste, por el considerado “camino equivocado”, en contra de los vientos y las corrientes dominantes en el globo; y que en 2009, tras vencer en la Vendée Globe (la vuelta al mundo a vela en solitario sin escalas ni asistencia), se convirtió en la primera mujer que, sola e impulsada por el viento, abrazó el planeta en ambas direcciones.
Mujeres como Tracy Edwards que, con apenas 23 años, tuvo que esquivar las burlas de todos los que se rieron de ella por soñar con un equipo íntegramente femenino en la Whitbread Round the World Race (la vuelta al mundo de vela), en la que logró participar en 1989.
Cumplió su sueño a bordo del Maiden. No ganó, pero se convirtió en la primera mujer en recibir el trofeo al mejor regatista del año y logró que 12 mujeres estuviesen durante meses en el foco del panorama náutico mundial.
Su decisión y su valentía permitieron construir una puerta que volvería a abrirse hasta en cuatro ocasiones más, gracias a cuatro equipos que se lanzaron al mar para demostrar que las mujeres tenían mucho que decir en la vuelta al mundo. El Maiden de Tracy Edwards fue el primer barco íntegramente femenino en la hoy conocida como The Ocean Race, y a él le siguieron el Heineken (US Women’s Challenge) de Nance Frank y Dawn Riley en 1993, el EF Education de Christine Guillou en 1997, el Amer Sports Too de Lisa McDonald en 2001; y el Team SCA de Sam Davies en 2014.
Desde la primera edición de la vuelta al mundo en 1973 ha habido equipos -pocos- formados únicamente por mujeres, y mujeres -cada vez más- formando parte de equipos, siendo el caso más destacado el de Carolinjn Brouwer y Marie Riou, las primeras en proclamarse campeonas de una Vuelta al Mundo a vela a bordo del Dongfeng en 2018.
Y así, aunque con altibajos, la evolución de la presencia de la mujer en el mundo de la vela no se ha quedado ahí. Sin ir más lejos, en 2020 participaron en la Vendée Globe, la regata más exigente de la vela oceánica, 6 mujeres, todo un récord que nunca se había dado nunca en este desafío. Fueron las inglesas Samantha Davies, Miranda Merron y Pip Hare; las francesas Clarisse Crémer y Alexia Barrier, y la franco-alemana Isabelle Joschke.
El avance en términos de igualdad resulta evidente pero el trabajo no está -ni mucho menos- completo en el mundo de la vela. Prueba de ello son las múltiples iniciativas que, sobre todo en los últimos años, se han puesto en marcha a través de federaciones, clubes y equipos. Ligas femeninas, tripulaciones exclusivas de mujeres, actividades de formación y especialización diseñadas especialmente para ellas… lo que se busca es dar un mayor protagonismo a la mujer en un sector que históricamente la ha relegado a una posición secundaria.
En esa lucha se enmarca también el proyecto Vela en Femenino del Monte Real Club de Yates de Baiona, gracias al cual se formó un equipo íntegramente femenino para participar en las principales regatas de las Rías Baixas gallegas, se consiguió que la Real Federación Gallega de Vela crease un premio específico para mujeres en el Campeonato Gallego de A Dos, se organizaron actividades de navegación específicas para mujeres, se celebrará el 25º aniversario de la Ladies Cup y se espera poner en marcha varias iniciativas más en este 2021.
Desde el Monte Real creemos que el binomio mujer-mar sigue necesitando de apoyos e impulsos, que presencia femenina en el mundo de la vela necesita y merece seguir abriéndose camino, y que eso solo se logrará mediante el compromiso de todos con el fomento el deporte igualitario. Las velas ya están izadas, tan solo falta llenarlas de viento.
Es un reportaje de Rosana Calvo, responsable de comunicación del MRCYB
“Aunque mantendremos el espíritu de la prueba, este año introduciremos cambios en el Conde de Gondomar”
ENTREVISTA AL COMODORO DEL MRCYB · IGNACIO SÁNCHEZ OTAEGUI
De las 9 regatas programadas en 2020, el Monte Real Club de Yates pudo celebrar 7 (Liga de Invierno de J80, Campeonato Gallego de Optimist, Campeonato Gallego de Solitarios y A Dos, Trofeo Conde de Gondomar, Trofeo Príncipe de Asturias, Liga de Otoño de J80 y Liga Española de Vela), una buena cifra en un escenario repleto de cancelaciones a causa del COVID19.
Este año, la previsión del club es poder celebrar 10 competiciones, pero todo dependerá, al igual que en 2020, de las restricciones que vayan aprobando las autoridades para evitar el avance del coronavirus, unas medidas que obligaron a posponer el inicio de las competiciones de enero a febrero, pero que dieron luz verde a las siguientes regatas.
La primera de las citas deportivas del Monte Real fue la Liga de Invierno Baitra J80, que se está celebrando y se prolongará hasta el próximo mes de mayo. Uno de los participantes habituales de esa liga de monotipos es el comodoro del Monte Real Club de Yates, Ignacio Sánchez Otaegui, responsable de la parte deportiva del club baionés, con el que hablamos de las regatas programadas para este 2021.
Tanto como comodoro como regatista estará deseando que se recupere la normalidad deportiva, ¿no?
Desde el comienzo de las restricciones a la movilidad y práctica deportiva, el MRCYB ha intentado desarrollar su programa deportivo y el año pasado lo hemos cumplido al 85 por ciento. Este año nuestra intención es continuar con la misma idea y, aunque hemos comenzado con fuertes limitaciones, espero, como comodoro y regatista, poder cumplir nuestros objetivos y alguno más que nos hemos propuesto para este año.
Con la Liga de Invierno Baitra J80 ya en marcha celebraron también la Clasificatoria Gallega de Optimist y el Campeonato de España de Optimist, dos competiciones de vela ligera. Aunque el 90 por ciento de las competiciones del Monte Real son “para mayores”, siempre programan alguna dedicada a las futuras promesas. ¿Hay que seguir apostando por la vela infantil?
La vela infantil es la base de la vela deportiva y de competición y solo podremos tener regatistas de alto nivel si logramos una masa crítica amplia sobre la que destaquen los mejores. No obstante, el objetivo del Club no es tener a los mejores competidores. Más bien consideramos el éxito deportivo como una consecuencia por la concurrencia de muchos niños en nuestra escuela, que se diviertan en el mar y que disfruten de este medio desde muy pequeños.
A la vuelta de la esquina están ya el Trofeo Comunica y el Trofeo Repsol, dos clásicos de su calendario que llevan años siendo patrocinados por las mismas empresas, algo bastante complicado en los días que corren. ¿Cómo se consigue convencer a un patrocinador para que apueste por la vela, un deporte que muchos consideran minoritario?
Es complicado, y no porque las empresas no quieran, si no porque muchas veces no pueden. La situación ha cambiado con el paso de los años y los patrocinios ya no son lo que eran, pero muchas empresas siguen entendiendo la necesidad de apostar por el deporte y la repercusión positiva que eso tiene para ellas a nivel de imagen. En el caso de Repsol, en el club tenemos la suerte de contar con ellos desde hace muchísimos años y les estamos enormemente agradecidos. Patrocinan una de las regatas más emblemáticas del club, la Regata de Primavera, que desde hace ya tiempo todos conocen como Trofeo Repsol. Con Comunica llevamos menos años pero su apuesta por la vela parece firme y esperamos poder contar con ellos por mucho tiempo más.
El año pasado, metidos de lleno en la pandemia, convocaron a los medios para soltar el “bombazo” de que habían conseguido que las 52 SUPER SERIES recalasen en Baiona. Finalmente no será en 2021 como anunciaron sino en 2022 para salvar los posibles problemas con las restricciones del COVID. ¿Cómo se queda uno después de lograr que una de las tres competiciones de vela más importantes del mundo se celebre en su club?
El MRCYB siempre ha tenido vocación internacional, de hecho cabe recordar las regatas Plymouth-Baiona, las Bermudas- Baiona de antaño e incluso el hecho de haber sido el primer club español en presentar un desafío Copa América en el año 1989. Conseguir ser sede de una TP52 Super Series devuelve a nuestro club a su presencia en grandes eventos internacionales de la vela. Es uno de nuestros objetivos y además refuerza la proyección de Baiona, las Rías Baixas y de Galicia como destino de calidad en un evento de gran impacto mediático.
En junio llega el Campeonato Gallego de Solitarios y a Dos, una de las pruebas autonómicas más emblemáticas, que se ha convertido casi en una competición del Monte Real, porque llevan 10 años consecutivos organizándola. ¿Qué tiene de especial esta regata para que apuesten tanto por ella?
Es una regata que efectivamente nos gusta mucho por la buena acogida que tiene en la flota. Es diferente por la exigencia que supone y se organiza en una fecha muy atractiva, en el comienzo del verano y con buen tiempo. La Real Federación Gallega de Vela sigue apostando por nosotros como organizadores y nuestra intención es mantener en nuestro calendario esta prueba, que además lleva el nombre de Memorial Rafael Olmedo, en recuerdo del que durante muchos años fue presidente de nuestro club, además de una persona muy querida. Y este año, además, viene con novedades. En el marco de todo un programa de iniciativas que estamos poniendo en marcha para impulsar la vela femenina, hemos conseguido que la competición tenga, a partir de ahora, un apartado específico para mujeres, con trofeo específico para ellas. Con ello esperamos conseguir que se muchas de las patronas y regatistas gallegas se animen a participar en el campeonato.
Julio volverá a ser, como siempre, el mes del Trofeo Conde de Gondomar, que cumple su cuadragésimo sexta edición. En los últimos años han ido introduciendo en ella una serie de cambios con los que se han modificado recorridos y pruebas. Cuéntenos cual ha sido el objetivo de estas modificaciones y si tienen previsto realizar alguna más en este 2021.
La regata Conde de Gondomar es la prueba más antigua de las que actualmente organiza el Monte Real y probablemente la más emblemática y diferente, ya que combina navegación de altura, media distancia y recorridos técnicos. Este año, pese a que nuestra intención es mantener el espíritu de la prueba, queremos introducir una variante en su etapa más dura, la subida a Carrumeiro Chico, un antiguo faro muy próximo a Finisterre, de tal forma que se divida en dos etapas con llegada en Portosín. Antes de tomar la decisión, la comentamos con los armadores y participantes habituales y la verdad es que tuvo buena acogida.
Lo que no cambian es el Trofeo Príncipe de Asturias, que sigue con el mismo esquema y siendo, además, su regata más exitosa, la de mayor participación y en la que todo el mundo quiere regatear. El año pasado fue el primero en el que vivió la regata como comodoro del club y no solo como regatista. ¿Cómo de complicado es organizar una prueba como ésta?
La organización de esta regata es el mayor reto deportivo y social anual del club. Lo es en ambos aspectos ya que por una parte hemos de procurar la mejor organización de los diferentes campos de regata para las distintas categorías de embarcaciones y todo ello con sus oficiales de regata, balizadores, lanchas neumáticas, marineros, prensa, etc. Y por otra parte, dar una cobertura en tierra para los más de 500 regatistas que compiten en esta prestigiosa prueba del calendario nacional. Como digo, es todo un reto, pero lo afrontamos bien gracias a la experiencia de llevar ya muchos años organizándola.
Y tras el ajetreo del Príncipe, a final de año vuelven a centrarse en los J80 con la celebración de la Liga de Otoño. Se trata un monotipo por el que llevan años apostando y con el que han logrado ser seleccionados para la celebración del Mundial de 2023. ¿Qué más les queda por hacer con respecto a los J80?
Es cierto que el club ha apostado fuertemente por esta clase, que sigue en crecimiento y que tiene en la actualidad unidades en nuestros pantalanes compitiendo regularmente. El Mundial de 2023 es un premio a esta trayectoria y nos lo marcamos como una referencia para organizar otros campeonatos de carácter nacional como el Campeonato de España de 2022 y la Copa de España de 2023. Todo para conseguir llegar a esa cita tan importante con el mejor nivel competitivo.
Hemos hecho un recorrido bastante amplio por las regatas del Monte Real Club de Yates en este 2021, ahora solo queda que el COVID permita celebrarlas, ¿no?
Así es. Habrá que esperar a ver cómo evoluciona la pandemia, pero somos optimistas. Desde el momento en que se adoptaron medidas restrictivas, en la práctica deportiva el Monte Real se adaptó a la situación y se organizó la actividad de la escuela de vela y de las regatas a las normas que en cada momento permitían alguna modalidad de práctica de la vela. En este sentido hemos de destacar que se realizó prácticamente todo el programa de regatas y actividad de la vela en 2020. Este año esperamos que, aunque alguna prueba se pueda ver aplazada, podamos cumplir el programa en su mayor parte. En cualquier caso, me gustaría destacar también que, en la situación que estamos viviendo, hemos constatado un mayor interés por la práctica de la vela y eso nos alegra mucho.
Es una entrevista de Rosana Calvo, responsable de comunicación del MRCYB
“El Monte Real está más vivo que nunca”
Tras conocer el anuncio de la suspensión de las prestigiosas SUPER SERIES de vela en Baiona a causa del COVID19, repasamos con el presidente del Monte Real Club de Yates, José Luis Álvarez, la repercusión que la pandemia ha tenido en uno de los clubs con más historia de España.
Mientras muchos otros clubs náuticos veían como el COVID les hacía perder socios, reducir ingresos, les obligaba a suspender regatas y la actividad de sus escuelas, el Monte Real Club de Yates de Baiona no solo logró mantenerse a flote, sino que firmó uno de sus mejores años, con cifras récord de afluencia de socios y de alumnos en su Escuela de Vela.
A punto de cumplirse un año de la declaración del estado de alarma derivado del coronavirus, el presidente del Monte Real Club de Yates de Baiona, José Luis Álvarez, hace balance de lo que han significado para el club estos últimos meses de confinamientos y restricciones; y de las actuaciones que les han permitido ser una excepción en un panorama desolador.
La organización de las SUPER SERIES acaba de anunciar la suspensión de la Baiona Sailing Week, que el próximo mes de junio iba a traer a Galicia a estos “fórmula 1 del mar”. Habrá sido un golpe muy duro para el club…
Ha sido, sin duda, todo un batacazo, ya que estábamos muy ilusionados con la llegada de las SUPER SERIES a Galicia, pero entendemos perfectamente la decisión de la organización y nos alegramos de que cuenten con nosotros para 2022. Ahora mismo la situación derivada del COVID19 no les daba la seguridad que necesitaban y han preferido minimizar los riesgos reduciendo los viajes y suspendiendo las regatas más próximas en el tiempo. Desde el club lo único que esperamos que el año que viene la situación esté mucho mejor y podamos ver a estos fuera de serie en Galicia, en un año que además seguirá siendo Xacobeo, por lo que será sin duda un buen año para recibirlos como merecen.
Lo cierto es que la crisis del COVID19 ha generado numerosas pérdidas en la actividad económica de numerosos sectores (el sector náutico no ha sido una excepción) y no se sabe muy bien aún cómo será el impacto a corto y medio plazo. ¿Cómo ha afectado esta situación al Monte Real Club de Yates?
En el Monte Real tenemos la suerte de que la gran mayoría de las plazas están ocupadas por socios del club, por lo que logramos que los pantalanes se mantengan llenos durante todo el año. Pero sí que hemos notado un enorme descenso en el número de tránsitos, debido a las restricciones de movilidad. La caída de cifras ha sido tremenda, pero claro, es que no podían traspasar fronteras. Ha habido repercusión, sin duda, pero mucha menos que la que posiblemente han sufrido otros clubs que han tenido, además, muchas bajas de socios.
¿En el Monte Real no han sufrido esas bajas?
Lo cierto es que no. Todos los años hay alguna, por diferentes motivos, pero las pocas bajas que ha habido en estos meses de pandemia se han cubierto con la entrada nuevos socios y seguimos con el mismo número que antes. Es más, sigue habiendo gente en lista de espera para entrar en el club, porque no se aceptan todas las solicitudes. Queremos mantener un número estable, en torno a los 700 socios, que garantice la comodidad de las instalaciones, y es por eso por lo que no crecemos de manera exponencial, no porque no haya demanda, que la hay.
¿Cómo ha vivido el socio del club estos meses de restricciones y prohibiciones?
La verdad es que el club ha estado más vivo que nunca. En los momentos en los que nos han dejado, eso sí. En los meses de restricciones más estrictas tuvimos que cancelar actos sociales, cerrar el restaurante, paralizar las regatas y la escuela… pero cuando en verano nos permitieron abrir, aunque con restricciones, tuvimos una afluencia de socios, alumnos y regatistas que no veíamos en años.
¿A qué creen que fue debida esa inesperada afluencia de gente durante el verano?
Al principio nos pilló un poco por sorpresa, porque no lo esperábamos, pero luego entendimos lo que pasaba: el club se había convertido en un lugar seguro en el que poder pasar un tiempo de ocio sin preocuparse del coronavirus. Los socios entendieron todas las medidas de control puestas en marcha, algunas incluso que no exigían las autoridades, y se sintieron cómodos y seguros con ellas.
¿Qué otras medidas a mayores pusieron en marcha para esquivar el COVID?
Siempre intentamos ir un paso más allá de lo que nos pedían las autoridades. Se cumplieron a rajatabla todas las exigencias de cierres, aforos, limpieza, control… y además compramos máquinas de ozono y termómetros para controlar la temperatura en los accesos, repartimos mascarillas, y llegamos incluso a contratar personal externo para garantizar que todos cumpliesen las normas. Fueron meses de mucho control y restricciones que hicieron todo un poco más incómodo y generaron algunas quejas, pero que al mismo tiempo, crearon como una burbuja, un ambiente de seguridad en el club que no había fuera. Y ese fue el motivo por el que creemos tuvimos más afluencia que nunca, y sin que se produjesen, que sepamos, casos de COVID, que era lo que realmente nos importaba.
Uno de los aspectos que más afectó a los clubs náuticos españoles, muy ligados al turismo, fue una gran caída en el número de visitantes, algo que repercutió directamente en sus ingresos directos. ¿Lo notaron también en Baiona?
En el Monte Real tenemos la suerte de que la gran mayoría de nuestras plazas están ocupadas por socios del club, por lo que logramos que los pantalanes se mantengan llenos, pero en el resto de plazas sí que notamos un descenso. De hecho, la caída en el número de tránsitos, sobre todo internacionales, fue drástica, en esto no conseguimos ser excepción, pero claro, es que nadie podía ser excepción porque las fronteras estaban cerradas, era imposible. La verdad es que son momentos difíciles, pero creemos que en cuanto podamos volver a la normalidad, el Monte Real, Baiona, Galicia y España en general tienen potencial más que suficiente para recuperar las buenas cifras del turismo pre-COVID.
Se perdieron turistas y se suspendieron regatas, muchas regatas, incluso cuando estaba permitida su celebración. ¿Fue una decisión acertada?
Es difícil generalizar y cada club tendrá que hacer balance de sus decisiones en base a los motivos que les llevaron a tomarlas. Algunos suspenderían pensando que no tendrían regatistas, otros por miedo a que se produjesen contagios, y otros simplemente por comodidad. En nuestro caso se llegó a valorar también el paralizar toda la actividad deportiva, pero finalmente optamos por seguir impulsando la vela. Sabíamos que la decisión nos iba a exigir mucho, como así fue, pero decidimos seguir adelante. Y el resultado fue perfecto. Celebramos prácticamente todas nuestras competiciones, incluidas las de mayor afluencia como el Conde de Gondomar y el Príncipe de Asturias, y lo hicimos sin que se produjesen contagios. Fue una apuesta por la vela y nos salió bien. Con mucho esfuerzo, eso sí.
El año pasado, en plena pandemia, anunciaban la celebración de las Super Series, que tendrán que esperar al 2022, y la otra gran noticia que el club nos dejó en los meses de COVID fue su elección como sede para el Mundial de J80 de 2023, algo que llevaban años persiguiendo. ¿Supone este logro el culmen de su apuesta por estos monotipos?
No sabría decir si es el culmen o no, pero desde luego el que nos hayan concedido la celebración del mundial de una clase por la que llevamos años apostando es un hito importantísimo. Uno de los puntos de nuestro programa era, y sigue siendo, la internacionalización del Monte Real, y en esas estamos. Traer estas dos competiciones de altísimo nivel a Galicia son resultado de meses y meses de trabajo, y la verdad es que estamos muy contentos.
Uno de los proyectos que tienen previsto poner en marcha este año es el de VELA EN FEMENINO, destinado a impulsar la figura de la mujer en el mundo de la vela. Cuéntenos algo más de esta propuesta.
Se trata de dar un paso más en nuestra apuesta por la mujer en el mundo de la vela, porque aún son muy pocas las mujeres que navegan hoy en día. Hace 25 años pusimos en marcha no sé si la primera, pero sí una de las primeras competiciones exclusivamente femeninas de España, la Ladies Cup, y ahora lo que pretendemos es poner en marcha nuevas líneas de actuación con el mismo objetivo, que no es otro que lograr que la mujer tenga más presencia en el mundo náutico. Hemos diseñado una serie de propuestas de formación, de competición y también de carácter social, con mujeres víctimas de violencia de género; y estamos tratando de encontrar un patrocinador que comparta nuestra misma visión y quiera impulsar esta iniciativa.
La mujer será, entonces, protagonista del futuro del club… ¿qué otros proyectos tienen en mente para los próximos años?
La verdad es que tenemos muchos proyectos sobre la mesa aunque no todos se pueden contar porque algunos están en negociaciones aún o no están cerrados al completo. De lo que se puede contar, la formación será sin duda una de nuestras apuestas. Hemos conseguido convertirnos en training center de la Royal Yachting Association y en unos meses seremos el primer club de Galicia y todo el Cantábrico español en ofrecer sus prestigiosos cursos, que son los más importantes en el sector náutico a nivel mundial. También empezaremos a ofrecer los cursos para conseguir el PNB, el PER y las titulaciones de patrón y capitán de yates; y en lo referido a infraestructuras, vamos a mejorar las instalaciones del club, poniendo fingers a todas nuestras plazas, que era una demanda de muchos de nuestros visitantes, sobre todo los internacionales. Hay también un importante avance que se está gestando y que esperamos poder anunciar en unas semanas, pero de momento toca esperar.
Es una entrevista de Rosana Calvo, responsable de comunicación del MRCYB
REPORTAJE: Medio siglo de Optimist en Galicia
REPORTAJE DE ROSANA CALVO, RESPONSABLE DE COMUNICACIÓN DEL MRCYB
· Cinco décadas después de haber organizado por primera vez en Galicia una competición regional de Optimist el Monte Real Club de Yates celebra este mes de febrero en Baiona una nueva edición del Campeonato Gallego de la clase
· A bordo del “Canario” y el “Tortuga” los hermanos José y Javier de la Gándara junto con Santiago Campos resultaran ganadores de aquella primera edición de la competición disputada en la bahía baionesa los días 22 y 23 de agosto de 1970
· En los Optimist traídos primero de Francia, después desde Barcelona y construidos finalmente en el Ferramentas y en Lagos para las Escuelas de Vela de La Foz y del MRCYB aprendieron a navegar muchos regatistas de la actualidad
· Aunque con el paso del tiempo fueron evolucionaron los materiales, la filosofía con la que se creó el Optimist sigue intacta y se mantiene como un barco sencillo que permite a los más pequeños disfrutar del mar y la vela
El Monte Real Club de Yates de Baiona conmemorará a finales de este mes el medio siglo de vida de la clase Optimist en Galicia celebrando una nueva edición del Campeonato Gallego que el propio club acogió por primera vez en 1970.
A bordo del “Canario” y el “Tortuga”, los hermanos José y Javier de la Gándara resultaran ganadores (primero y segundo respectivamente) de aquella primera edición, que se disputara los días 22 y 23 de agosto de 1970 bajo el nombre de “I Regatas regionales Optimist – Campeonato Gallego”.
17 jóvenes regatistas de la Escuela de Vela de La Foz, el Real Club Náutico de Sanxenxo, el Real Club Náutico de Vigo, el Club Náutico de Panxón y el propio Monte Real se reunieran durante aquellos dos días de verano en la bahía baionesa para disputarse varias pruebas en un campo triangular de recorrido olímpico.
Tras los hermanos Gándara, el tercer puesto del podio de aquel primer campeonato de Optimist fue para el “Anduriña IV”, tripulado por Santiago Campos; Pablo Vasconcellos quedó cuarto a bordo del “Bayona II”; y el “Don Ramón”, de Ramón Alonso, del RCN Vigo, firmó la quinta posición.
Se entregó también entonces un premio especial al regatista de menor edad, que fue a parar a manos de Pablito Pereiro por “demostrar -según dicen las crónicas de la época- una gran pericia manejando a la perfección su mini embarcación”.
Con la celebración del primer Campeonato Gallego de Optimist, el Monte Real Club de Yates dio, en los comienzos de la década de los 70, el gran impulso para la consolidación de una clase que llegara a Galicia algunos años antes de la mano de Pepe Gándara, el padre del histórico Javier de la Gándara.
Gándara conoció este nuevo tipo de barcos en la revista estadounidense “Popular Mechanics Magazine” (distribuida en España bajo el nombre de “Mecánica Popular”), en la que se publicaron unos sencillos planos con los que, en principio, cualquier persona con algunas herramientas y un poco de maña, podía fabricarse su propio Optimist de madera.
Tras verlos ya construidos en Barcelona, Gándara decidió traerlos Galicia. Al primer Optimist que navegó en aguas gallegas en el año 68, lo llamó “Don Andrés”, en honor a su hijo pequeño. En el año 69 ya había en bahía baionesa (en la Escuela de La Foz que lideraba Antonio Ruiz) 15 unidades de estos nuevos veleros, conocidos como los “Ferramentas”, porque los construía un carpintero de Ladeira conocido por ese nombre, con velas de nailon fabricadas en una empresa de toldos de Vigo. Eran barcos con los que, durante los primeros años, solo navegaban en los meses de verano. Apenas un año después, ya con los Optimist asentados como pequeña flota en el Monte Real Club de Yates, se celebró el Primer Campeonato de Optimist de Galicia.
La prensa de aquel entonces felicitó al club baionés por “contribuir a crear numerosos jóvenes patrones que en el futuro van a constituir las dotaciones de los numerosos barcos de crucero con los que cuentan las unidades deportivas de la ría de Vigo”, decía textualmente. Y así fue. Porque aquellos niños son hoy algunos de los destacados regatistas que navegan en las rías gallegas.
Tanto la Federación Española de Vela como la Federación Gallega de Vela de la época, presidida por José Ramón Fontán, ayudaron a la consolidación de la clase en Galicia subvencionando la compra de numerosas unidades. Unos barcos que pasaron de las 3.000 pesetas (unos 18 euros) de los primeros “Ferramentas” a las 8.000 pesetas (unos 48 euros) que se pagaron por los de una mayor calidad y las 10.000 pesetas (60 euros) que costaban al inicio de los 70.
En otoño de 1971, solo un año después de la celebración del primer campeonato gallego de Optimist, en las competiciones de la clase en Baiona participaban cerca de una treintena de unidades, y no se tardó mucho tiempo más en superar los 60 optimist. En Galicia rondaban los 200 optimist (en la actualidad hay unos 400, de los cuales participan en competiciones oficiales unos 120). Entre los jóvenes regatistas de aquellos primeros años estaban José, Ángel y Javier de la Gándara, Pablo Vasconcellos, Jaime Varela, Alberto Torné, Rodrigo Andrade, César Casqueiro, Fernando Yáñez, Genoveva Pereiro, Ignacio Retolaza, Alfonso Zulueta o Piluca Presa, entre otros muchos.
Los Optimist españoles se construían en Barcelona (La Industrial Velera Marsal), en Palma de Mallorca (los astilleros Copino y Darder), en Torrejón de Ardoz (Taylor Española) y aquí en Galicia, en los prestigiosos Astilleros Lagos de Bouzas (Vigo), de los que salieron gran parte de las unidades que navegaron a partir del año 70. Eran Optimist que se hacían a imagen y semejanza de los primeros barcos de este tipo nacidos en Clearwater (Florida).
Allí, en 1947, un grupo de niños “regateaban” por las calles de Clearwater con pequeñas cajas de jabón y una vela que fabricaban ellos mismos. El alcalde de la ciudad decidió prohibir esas regatas por las calles, para que no molestasen a la gente, pero se reunió con un diseñador de barcos, Clark Mills, al que le pidió que convirtiese las cajas de jabón en un barco para niños lo más barato posible.
Y así fue como nació el Optimist, el primer barco de vela cangreja y un solo tripulante que con el tiempo fue adquiriendo cada vez más fama, tanto nacional como internacional. En 1954 “saltó el charco” y se empezaron a construir los primeros en Europa, concretamente en Dinamarca; en 1962 nacía la Optimist Class Racing Association, en Inglaterra; y poco después se formó la Asociación Europea de Optimist. Finalmente, en 1995 el Optimist fue aceptado como clase internacional.
Aunque con el paso del tiempo han ido evolucionando los materiales con los que se construyen, lo cierto es que tanto la forma de los Optimist como su filosofía siguen intactas. Nació como un barco sencillo que permitiese a los niños disfrutar del mar y de la vela y, más de medio siglo después, ese propósito no ha cambiado.
Celebrar esa idea y las cinco décadas que cumple el primer Campeonato de Optimist disputado en Galicia en 1970 es el objetivo del Campeonato Gallego de Optimist – Trofeo Baitra que se disputará en el Monte Real Club de Yates a finales de febrero.
( Reportaje: Rosana Calvo, responsable de comunicación del MRCYB / Fotos: Archivo del MRCYB y cedidas por Javier de la Gándara, César Casqueiro y Tomás R. de Robles / Documentos: Astilleros Lagos / Recortes de prensa: Archivo de Javier de la Gándara y hemeroteca de Faro de Vigo)
“El Monte Real va a seguir siendo un referente en el panorama náutico español”
Entrevista a José Luis Álvarez , presidente del Monte Real Club de Yates, publicada por el ABC el 5 de enero de 2019
El pasado mes de noviembre, José Luis Álvarez fue reelegido presidente del Monte Real Club de Yates de Baiona en un proceso electoral en el que no tuvo rival. Cuatro años después de haber ganado por primera vez unas elecciones en el MRCYB, superando en votos a la candidatura de Javier de la Gándara, Álvarez lograba revalidar su mandato y seguirá al frente del histórico club baionés durante otros cuatro años.
Será una segunda fase de rasgos continuistas pero también con muchas novedades, a la que el presidente del Monte Real entra con mucha ilusión. Su objetivo -dice- es mantener la línea de trabajo iniciada hace unos años, con múltiples actuaciones en diversos apartados; pero también asumir nuevos compromisos y retos que le permitan al club avanzar y seguir siendo un referente del panorama náutico español.
Antes de hablar de proyectos de futuro, toca echar la vista atrás, ¿qué valoración hace de los últimos cuatro años al frente del club?
La verdad es que el balance es muy positivo. Nos habíamos planteado muchas actuaciones en diferentes parcelas como las infraestructuras, la escuela, la marina, y la parte puramente social; y el nivel de cumplimiento de los compromisos rondó el 90 por ciento, que es una cifra bastante elevada. Hacía muchísimos años que no se hacían obras en el club y remodelamos la parte más noble del edificio y rehabilitamos otros espacios. Nos comprometimos también a revitalizar la escuela de vela e incorporamos nuevos entrenadores y la figura del director deportivo. En la marina firmamos un nuevo período de concesión, ampliamos los fingers y revisamos todas las instalaciones. Y en el área social frenamos la tendencia a la baja que había en el número de socios, a causa de la crisis, y volvemos a rondar ya los 700, que es la cifra más razonable para las instalaciones que tenemos. Para ellos creamos nuevas fiestas y eventos, dándole un gran impulso a la parte más social.
Y volvieron a organizar una regata oceánica, la Baiona Angra Atlantic Race…
Así es. Para los clubes cada vez resulta más complicado organizar este tipo de pruebas, por motivos muy diversos, pero en 2016 logramos hacerlo y la verdad es que el balance fue muy positivo. Un año después pudimos organizar también el Summit Galicia Atlantic Destination, y tanto un evento como el otro fueron todo un éxito, y continuamente nos preguntan cuándo volveremos a organizar algún evento de este tipo.
¿Y cuándo será eso?
Pues ojalá que pronto. Desde el club vamos a seguir trabajando para conseguir regatas del circuito internacional y, desde luego, estamos preparados para asumir pruebas del más alto nivel. Tenemos las instalaciones y los recursos, tenemos mucho que ofrecer y creo que solo es cuestión de tiempo el que volvamos a tener una regata de este tipo en Baiona. Mientras tanto, pues seguiremos promoviendo las regatas de nuestro calendario, como el Trofeo Conde de Gondomar o el Trofeo Príncipe de Asturias; y trataremos de lograr el europeo o el mundial de J80.
¿Mantienen entonces su apuesta por los J80?
Así es, sin dudarlo. El J80 va a seguir siendo una apuesta clara del club. Llevamos años potenciando su participación en todas nuestras competiciones, creando ligas específicas para estos monotipos, animando a nuestros socios a que prueben y compitan en J80, adquiriendo nuevos barcos…. Pero también estamos valorando nuevas clases, sobre todo de cara a la escuela de vela.
Háblenos de la Escuela de Vela. Tras la incorporación de Roy Alonso como nuevo director deportivo del club, ¿qué novedades se esperan en la escuela?
Pues nos gustaría que nuestros alumnos probasen otros barcos más modernos, que conozcan la tecnología, que sientan la velocidad… pero también queremos potenciar la navegación en familia, ya que creemos que es la base para la continuidad de los niños. Y en este sentido vamos a incorporar a nuestra flota varios cyclone, para que las familias puedan navegar juntas. Intentaremos también promover el intercambio de alumnos con otros clubes, sobre todo clubes extranjeros, para que además de conocer cómo se navega en otros países, los niños y niñas puedan aprender otros idiomas. Y, desde luego, no nos olvidaremos de nuestra Escuela de Vela Adaptada para personas con discapacidad.
Mantendrán su compromiso social con la vela adaptada…
Sin dudarlo. Ofrecer vela adaptada es algo que cuesta más trabajo y que implica más recursos, pero para el Monte Real es una faceta muy importante. Y no solo por todo lo que podemos ofrecerle a las cientos de personas que vienen a navegar a nuestra escuela cada año, sino porque nos permite estar en contacto directo con la sociedad, estar inmersos en ella, viendo todo aquello que habitualmente no se ve, o a lo que no se le presta tanta atención. Las personas con discapacidad tienen el mismo derecho que nosotros de poder disfrutar del mar, y si está en nuestra mano ofrecerle los medios para que puedan hacerlo, debemos ofrecérselos.
Este año han ampliado, además, el perfil de usuarios.
Correcto. Llevamos algún tiempo pensando en otros sectores que se podrían beneficiar también de nuestros recursos de vela adaptada para poder ofrecérselos, y este año hemos sacado a navegar a grupos de chicos con graves problemas de conducta, y también a niños tutelados por las administraciones públicas. Tanto unos como otros son personas que no suele salir a navegar habitualmente, pero a las que el mar sienta de maravilla, porque viven nuevas experiencias. Son nuevos usuarios que le permiten a la escuela seguir creciendo, que es lo que queremos.
¿Qué nuevos proyectos tienen para la Escuela de Vela Adaptada?
Nos gustaría impulsar un encuentro o un simposio entre clubes que trabajen en una línea similar a la nuestra, para que todos podamos conocer lo que hace el resto y ampliemos así nuestra visión. Desde hace años, desde que creamos nuestra Escuela de Vela Adaptada, son muchos los que se interesan por nuestro sistema de trabajo, para saber lo que hacemos y cómo lo hacemos. Han venido incluso del extranjero para ver cómo llevamos nuestra escuela, y creemos que sería bueno para todos el contarlo e intercambiar experiencias con otros clubes. Aún no sabemos muy bien cómo ni cuándo lo haremos, pero es un proyecto que tenemos en mente.
¿Qué otros proyectos tienen de cara al futuro?
Nos gustaría impulsar también algún proyecto con la Universidad, para implicarla en el mundo de la vela. En la actualidad, la Universidad apenas está presente en este deporte y es una pena, porque creemos que podría involucrarse mucho más. Esta otra de las ideas que la nueva junta directiva tiene sobre la mesa y trataremos de desarrollar algún proyecto con ellos.
Háblenos de la nueva junta directiva, de sus compañeros de travesía.
Con respecto a la anterior junta hay muy pocas novedades, tan solo dos incorporaciones, pero dos incorporaciones importantes. Por un lado está el emprendedor y empresario Francisco Pino, que suma una excelente visión en innovación y muchas ideas de futuro. Y por otro tenemos a Marga Cameselle, una experimentada regatista, que estoy seguro nos aportará grandes ideas para impulsar el área deportiva, que es donde vamos a poner el foco los próximos cuatro años.
Y en esos próximos cuatro años, ¿va a seguir el Monte Real siendo un referente en el panorama náutico español?
Desde luego. Lo hemos sido durante los últimos 55 años y lo seguiremos siendo en el futuro, no hay duda de ello. Estamos seguros de que implicará mucho trabajo, pero estamos dispuestos a hacer todo lo que haga falta para que el Monte Real Club de Yates siga escribiendo importantes capítulos de la náutica en España.
José Luis Álvarez es la cabeza visible de una junta formada por nueve miembros (7 hombres y 2 mujeres), en la que Alejandro Retolaza se mantiene como mano derecha del presidente. El puesto de comodoro, que venía ostentando Fernando Yáñez, pasa a manos de Ignacio Sánchez Otaegui; y en el cargo de vicecomodoro aparece la primera de las nuevas incorporaciones a la nueva junta, el emprendedor y empresario Francisco Pino, que sustituye a Genoveva Pereiro. A cargo de la secretaría se mantiene César Fernández-Casqueiro y la tesorería es responsabilidad ahora del excomodoro Fernando Yáñez. En la junta directiva del Monte Real hay, además, tres vocales: Miguel Font, de instalaciones y proyectos; Genoveva Pereiro, de relaciones exteriores; y Margarita Cameselle, de eventos deportivos.
JUNTA DIRECTIVA · MONTE REAL CLUB DE YATES
• Su Majestad el Rey Don Felipe VI · PRESIDENTE DE HONOR
• D. José Luis Álvarez Vázquez · PRESIDENTE
• D. Alejandro Retolaza Vázquez-Viso · VICEPRESIDENTE
• D. Ignacio Sánchez Otaegui · COMODORO
• D. Francisco Pino Martins · VICECOMODORO
• D. César Fernández-Casqueiro Domínguez · SECRETARIO
• D. Fernando Yáñez Fernández · TESORERO
• D. Miguel Font Rosell · VOCAL DE INSTALACIONES Y PROYECTOS
• Dña. Margarita Cameselle Álvarez · VOCAL DE EVENTOS DEPORTIVOS
• Dña. Mª Genoveva Pereiro Álvarez · VOCAL DE RELACIONES EXTERIORES
Es una entrevista de Rosana Calvo, responsable de comunicación del MRCYB
Históricos de la vela en Baiona
· En el año en que se cumple el vigésimo quinto aniversario del “Galicia 93 Pescanova” TPC Eventos reunió en el Monte Real a Javier de la Gándara, Chuny Bermúdez de Castro, Ñaco Eraso y Guillermo Altadill
· El patrón y los tres tripulantes del gran proyecto gallego de vela oceánica para la Whitbread Round the World 93-94 participaron hoy junto con Pablo Iglesias y Jorge Lorenzo en una actividad enmarcada en el programa de Team Sailing del club baionés
· Los reputados patrones fueron los encargados de liderar a un grupo de tripulaciones de una importante empresa multinacional que participaron en actividades formativas de coaching y team building
En el año en el que se cumple el vigésimo quinto aniversario del histórico «Galicia 93 Pescanova», TPC Eventos reunió hoy en el Monte Real Club de Yates a cuatro de los navegantes que formaron parte del gran proyecto gallego de vela oceánica: Javier de la Gándara, Roberto «Chuny» Bermúdez de Castro, Ignacio «Ñaco” Eraso y Guillermo Altadill.
El patrón y los tres tripulantes que compitieron en la Whitbread Round the World 93-94 se encargaron de liderar, junto con Pablo Iglesias y Jorge Lorenzo, a grupo de seis tripulaciones de una importante empresa multinacional que, a bordo de seis veleros del club, participaron en varias actividades formativas de coaching y team building en aguas de la ría de Vigo.
La actividad organizada por TPC Eventos en el Monte Real incluyó actividades del proyecto Team Sailing del Monte Real Club de Yates, puesto en marcha en 2017. Se trata de un programa con el que el club amplió las actividades que ofrecía al público general más allá de la formación en su Escuela de Vela o la participación en regatas.
A través de 6 propuestas diferenciadas, el Monte Real ofrece a sectores no relacionados directamente con la náutica la posibilidad de acercarse al mundo de la vela con el objetivo de extraer de ella beneficios a nivel personal y profesional.
De las 6 actividades propuestas, 3 tienen un carácter más lúdico, que pasa por vivir la experiencia de una regata, participar en una competición para conocer las Islas Cíes o descubrir Baiona en velero. La otra mitad de la oferta se asienta en elementos formativos muy relacionados con el coaching, incluyendo talleres para empresas, sesiones de team building para mejorar el rendimiento o workshops para optimizar el trabajo en equipo.
Disputar una regata con compañeros de trabajo en uno de los parajes más bellos de la costa atlántica, visitar el único parque nacional marino de España, entrenar habilidades de liderazgo para mejorar el rendimiento de equipos y el clima laboral dentro de una empresa, redefinir el rumbo personal y laboral de los trabajadores o mejorar el uso del tiempo son algunas de las posibilidades que ofrece el programa Team Sailing del Monte Real Club de Yates.
PODCAST: Especial Monte Real Club de Yates
Todos aquellos que os hayáis perdido el ESPECIAL SOBRE EL MONTE REAL CLUB DE YATES emitido por la Radio Galega sabed que podéis escucharlo a través del siguiente enlace:
>>> CONVIVIR DEPORTIVO – ESPECIAL MONTE REAL CLUB DE YATES
Durante una hora, la radio pública gallega abordó la historia y actualidad del Monte Real Club de Yates, con intervenciones del presidente y vicepresidente del Monte Real, José Luis Álvarez y Alejandro Retolaza; el almirante Rafael Lorenzo; el gerente del club, Óscar Calero; y el entrenador de vela, David Fontán.
Participaron también el alcalde de Baiona, Ángel Rodal; la presidenta de la Cofradía de Pescadores de Baiona, Susana González; o el jefe de puerto del Monte Real, Javier Álvarez, entre otros.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
La Radio Galega también emitió otro ESPECIAL SOBRE VELA ADAPTADA en el MONTE REAL CLUB DE YATES y podéis escucharlo desde el siguiente enlace:
>>> CONVIVIR DEPORTIVO – ESPECIAL VELA ADAPTADA MRCYB
«Seguimos en la élite de los clubes españoles»
ENTREVISTA A JOSÉ LUIS ÁLVAREZ por PEDRO SARDINA. Publicada en el suplemento ABC DE LA NÁUTICA del ABC el 31 de enero de 2019
El histórico Monte Real Club de Yates de Baiona ha tenido, desde su nacimiento en 1965, seis presidentes. Entre 1965 y 1973 lo fueron Ricardo Valeiras, Alfredo Romero y Carlos Zulueta. En 1973 se inició la etapa de Rafael Olmedo, que se prolongaría durante 42 años, hasta su fallecimiento en 2015. Ese mismo año, y tras una breve presidencia de Gabriel Baltar, que ocupó el cargo durante unos meses, en las elecciones celebradas en el club resultó vencedor José Luis Álvarez, que se convirtió en el sexto presidente del Monte Real Club de Yates.
¿Cómo surgió su presidencia al Monte Real Club de Yates?
Pues cuando falleció Don Rafael Olmedo, que había presidido el club durante más de 40 años, algunos socios me lo propusieron. Todo un honor para mi, y un importante reto personal. Siempre he querido este club y después de darle vueltas en mi cabeza, creí que podría hacer buenas cosas por él. Y en esas estamos, trabajando duro con un gran equipo, para que el Monte Real siga siendo lo que sus socios y todo aquel que nos visita espera de él.
¿Cómo encontró el club cuando llegó?
Bien. Siempre hay cosas que mejorar. Las había cuando yo llegué y seguro que las habrá cuando yo me vaya. En un club con tanta actividad como el nuestro es difícil que no haya nada anotado en la lista de tareas pendientes. Siempre hay algo por hacer, algo que impulsar, algo que arreglar… y es necesario que lo haya, porque eso demuestra que se tiene ambición y ganas de mejorar. Pero todo venía en buena dirección y creo que seguimos en el camino correcto. Avanzando, siempre avanzando, y trabajando muy duro. En este sentido somos ambiciosos.
Deportivamente hablando, ¿a qué nivel está ahora el Monte Real?
Al más alto. Seguimos siendo uno de los clubes más importantes de España, y no solo por nuestra trayectoria y nuestro renombre, que es algo que trasciende más allá de nuestras fronteras, sino sobre todo por ser capaces de seguir programando, año tras año, un gran número de competiciones. Pocos clubes programan tanto y a tantos niveles como nosotros.
¿Qué pasa con los barcos gallegos que no salen del fiordo a competir como lo hacían antes?
Es algo que deberíamos preguntarle a los armadores, pero entiendo que es, básicamente, porque no hay tantos recursos como antaño. No hablo solo a nivel económico, ya que la situación de crisis ha ido mejorando en estos últimos años, sino para conseguir tripulación profesional, fechas para los desplazamientos, logística para mover los barcos… resulta complicado. Además está el tema de que en Galicia tenemos condiciones ideales para regatear y para competir. Cuando puedes disfrutar tanto de la vela “en casa”, y hay dificultades para salir, pues es normal que muchos opten por quedarse.
Llevamos muchos años con el Trofeo Príncipe de Asturias un poco parado, ¿qué medidas se deberían poner en marcha para sacarlo adelante?
¿Parado? Sinceramente no creo que esté parado. Mantenemos muy buenas cifras de participación, el apoyo de numerosas administraciones y empresas, y las encuestas de satisfacción nos revelan que los armadores y regatistas están encantados con la competición. Es evidente, a todas luces, que no es como en los años más boyantes, cuanto la economía estaba en otra situación y los patrocinios eran otros; pero en la situación actual el Trofeo Principe de Asturias está en muy buen nivel, y sigue siendo una de las tres regatas más importantes de España.
Un trofeo como el Príncipe de Asturias, ¿no debería tener algún día más de regatas?
Es algo que no se ha llegado a valorar por varios motivos. Uno, la tradición. En el Monte Real Club de Yates nos gusta mantener las tradiciones y el Príncipe de Asturias se creó, en 1986, con un formato de tres jornadas de regatas que siguen funcionando bien. ¿Cómo lo sabemos? Pues por lo que nos cuentan los participantes. Al finalizar el trofeo lanzamos cuestionarios de satisfacción, y las respuestas de los armadores nos muestran que están de acuerdo con el modelo de competición. Ese es otro de los motivos, algo que tenemos muy en cuenta, ya que la opinión de los participantes es muy importante para nosotros.
¿No cree que la participación de tantas clases desvirtúa el trofeo?
Para nada. Creo únicamente desvirtúa el hecho de comunicar los resultados finales, porque no hay un claro ganador y cuesta un poco entender que en una competición pueda haber 7 u 8 ganadores. Pero es así, y esa es también la esencia de un trofeo como éste, el que esté abierto a la participación de muchas clases, de diferentes tipos de barcos, regatistas… siempre decimos que el Trofeo Príncipe de Asturias es una “fiesta de la vela” y todos deberían poder participar en ella.
¿Por qué los barcos del Mediterráneo no suben a competir en el Príncipe de Asturias?
Pues entiendo que es un poco por lo mismo que pasa con los armadores gallegos que no van al Mediterráneo a competir. Porque es complicado. No hay tantos recursos y al final uno, si no se ve con posibilidades de obtener un título o una posición destacada que le merezca toda la operación, pues opta por quedarse en casa a regatear, o por ir a un lugar en el que mover el barco no le suponga un gran trastorno. Al club vienen, por ejemplo, un gran número de tripulaciones portuguesas a competir. ¿Por qué? Pues porque están cerca, o relativamente cerca, y mover los barcos no es tan complicado, ni a nivel de presupuesto ni de logística. Ojalá fuese más fácil y los armadores se animasen a venir al Príncipe. Estamos seguros de que les encantaría y repetirían. Es una grandísima competición.
¿No sería una buena idea una reunión entre los presidentes de Palma, Valencia y Baiona para intentar organizar una “triple corona” con las tres mejores regatas de España?
Pues sí, muy buena, la verdad. Por nuestra parte desde luego estamos dispuestos a participar en esa reunión y poner todo lo que esté en nuestra mano para hacer realidad esa “triple corona”.
Las tres grandes regatas de Galicia llevan muchos años de crisis, ¿no será porque los tres grandes clubes gallegos se han aislado entre ellos?
No creo que estén en crisis, la verdad. Tanto el Rías de Vigo como el Príncipe de Baiona y el Trofeo Rey Juan Carlos de Sanxenxo siguen siendo regatas de una participación muy alta y con un nivel muy elevado. Y todas implican, en cierto modo, una relación entre los tres clubes. Colaboramos unos con otros e incluso organizamos otras regatas juntos. Creo que todos trabajamos para conseguir lo mejor para nuestros clubes, pero nos llevamos bien, la relación sin duda es buena.
Después de desafiar tres veces a la Copa América, ¿el mundo se ha olvidado de Baiona?
El Monte Real sigue muy presente en la náutica mundial como uno de los clubes de referencia. Mantenemos relación con los clubes más importantes del mundo y muchos de ellos acudieron no hace mucho al Galicia Atlantic Destination, que organizamos para hablar del turismo náutico internacional. Además, cada año son muchos los clubes que eligen al Monte Real para sus eventos, competiciones o simplemente Este verano, por ejemplo, tenemos actividades con asociaciones tan importantes como el World Cruising Club, el Irish Cruising Club o el Royal Cruising Club.
¿La vela olímpica es la asignatura pendiente del Monte Real?
La verdad es que nunca ha formado parte del proyecto del Monte Real, pero sí hemos apoyado proyectos puntuales, y tal vez lo volvamos a hacer en el futuro.
¿Para cuándo una Liga Femenina de Cruceros?
Pues de momento es algo que no tenemos en mente, pero el impulsar la vela femenina es algo que siempre tenemos presente, desde los inicios a través de nuestra Escuela de Vela, hasta la Ladies Cup que celebramos dentro del Trofeo Príncipe de Asturias.
¿Y un Campeonato de España de Vela Adaptada?
Durante 4 años consecutivos, hasta el 2016, organizamos el Campeonato Ibérico de 2.4mR, que formaba parte del Circuito Iberdrola de Vela Paralímpica, y era una de las competiciones de vela adaptada más importantes de España, pero desde que Iberdrola retiró su apoyo no se ha vuelto a organizar. A la espera de que surja una oportunidad y podamos implicarnos en algún trofeo específico, seguimos trabajando por la vela adaptada a través de nuestra Escuela de Vela, con cursos, actividades e iniciativas…y a través de algunas de nuestras competiciones, en las que participa algún barco de vela adaptada.
¿Qué citas internacionales hay previstas para este año?
Pues tenemos varias citas internacionales en el calendario, tanto regatas como rallies y eventos, todas ellas en verano. A principios de julio, del 3 al 13, se celebra la Pornic-Baiona-La Rochelle, para la que ya está abierta el plazo de inscripción. También en julio, a mediados, celebraremos en nuestras instalaciones el encuentro náutico del Irish Cruising Club, y recibiremos la visita de una flota de más de 20 barcos del Royal Cruising Club. Y el ARC Portugal Rally, que este año cumple 25 años de historia, hará escala en Baiona a comienzos de junio.
¿Cabría la posibilidad de internacionalizar los Premios Nacionales de Vela Terras Gauda?
Cabría. Y lo cierto es se ha llegado a valorar la posibilidad de incluir entre los premios una mención especial a un regatista, equipo o proyecto internacional. Sería, eso sí, una mención especial, ya que los premios seguirán siendo, y eso sí que lo tenemos claro, tanto el patrocinador Terras Gauda, como el club como organizador, premios “nacionales” de vela. En España tenemos grandísimos proyectos deportivos y grandísimos deportistas cuyos méritos merecen ser reconocidos, y ese ha sido desde siempre, y seguirá siendo en el futuro nuestro objetivo y el de estos premios. Es necesario seguir impulsando la vela en España, y creemos que estos premios son una muy buena forma de hacerlo.
¿Cómo se presenta la temporada en el campo de regatas de Baiona?
Pues muy intensa, como siempre. Salvo en agosto y diciembre, que son meses en los que hay una actividad más social que deportiva, en el resto de meses tenemos competiciones prácticamente cada 15 días. Empezamos y acabamos año con nuestras ligas de J80, de invierno y otoño; seguimos con las clásicas regatas de invierno y primavera para cruceros; tenemos un par de competiciones de vela ligera con las que pretendemos seguir impulsando la vela de base en Galicia; y volvemos a organizar, un año más, el Campeonato Gallego de Solitarios y A Dos. Coorganizamos también varias regatas internacionales, de las que te hablé anteriormente; y en julio y septiembre tenemos nuestros platos fuertes: el Trofeo Conde de Gondomar y el Trofeo Príncipe de Asturias. Va a ser un año movidito.
Felices 50, Don Felipe
Desde el Monte Real Club de Yates queremos felicitar hoy al Rey Felipe VI en su 50 cumpleaños con un vídeo muy especial, en el que se recogen algunas imágenes de sus visitas al club a lo largo de los años.
Don Felipe es, desde 1986, Presidente de Honor del Monte Real, un cargo que se le otorgó cuando aún era Príncipe de Asturias, y que mantiene a día de hoy, siendo Rey de España.
En su honor se dio nombre también al Trofeo Príncipe de Asturias, que comenzó a celebrarse en 1986 coincidiendo con su presencia en la Escuela Naval Militar de Marín, donde, por aquel entonces, completaba su formación castrense. El ahora Rey participó en aquella edición y estuvo a punto de hacerse con la victoria a bordo del Aifos.
Posteriormente participaría también en las ediciones de 1987, 1988, 1991 y 2005. En 1998, el barco de Don Felipe se alzó vencedor, aunque él no llegó a participar; y en 1995 y en 2010, el monarca volvió al club, aunque no a competir, sino a entregar premios a los ganadores.
La última vez que nos visitó fue en 2015, para inaugurar la exposición conmemorativa del 50 aniversario del MRCYB.
“Retomar en Galicia la tradición de las regatas con tres dígitos es una iniciativa que merece un esfuerzo por parte de los deportistas”
Dice que lo suyo es navegar, no contarlo, pero lo cierto es que escuchar hablar a este navegante coruñés de su pasión por la vela, es algo que atrapa. El bicampeon mundial de crucero y subcampeón mundial de Platú 25, cita a Melville y a Patrick O’Brian para intentar explicar lo que siente por el mar, y agradece iniciativas como la de la Baiona Angra Atlantic Race, del Monte Real Club de Yates, porque le permitirá participar, partiendo desde su Galicia natal, en una regata oceánica. La competición saldrá el próximo 3 de julio de Baiona.
Señor Pintos, ¿sabía que usted fue uno de los primeros regatistas en inscribirse en la Baiona Angra Atlantic Race?
No sabía que había sido de los primeros…pero sí que me inscribí pronto. Supongo que es la única forma de asegurarse un buen puesto en un deporte tan incierto como este, porque en las clasificaciones ya es más complicado.
¿Qué le ha animado a participar en esta competición?
Pues me han animado a participar sobre todo las millas. El hecho de que un club tan querido como Baiona se decida a retomar su tradición de regatas con tres dígitos es una iniciativa que merece un esfuerzo de parte de los deportistas. La otra razón es un soplo de un amigo. Este año es posible que se retome la preciosa regata Huelva-La Gomera, el próximo mes de septiembre, y me encantaría poder encadenar las dos.
¿Cómo afronta un regatista una competición oceánica de este tipo? ¿Cómo se prepara uno mental y físicamente para la prueba?
Con muchas ganas. Regatas de preparación es difícil hacerlas aquí porque, salvo que quiera uno subir a Francia, no las hay cerca. Mentalmente: vivir en Madrid es la mejor forma de fabricar ganas de irse al mar. Físicamente: mi mujer se dedica a eso, y se encarga de que esté lo mejor que puedo estar a mi edad.
Háblenos del barco con el que navegará y de su tripulación.
Haré la Baiona Angra Atlantic Race con mi barco de los últimos 6 años, si no se vende antes. Y eso, hablando de barcos, es mucho. Haber navegado miles de millas en un barco es como haber convivido décadas con una persona: ya nos lo hemos dicho casi todo. En cuanto a la tripulación, iré sólo con un regatista, y porque la regata no permite la clase solitarios…
¿Cómo será el día a día en la embarcación? Supongo que habrá rutinas, pero también improvisación…
Cuanta menos improvisación haya será señal de que lo estaremos haciendo mejor, y cómo vaya a ser la jornada en este tipo de regatas dependerá sobre todo de dos cosas: de la meteorología y de las averías. La diferencia entre esta regata y otra en la que se navegue en flota es que en flota tienes a los rivales al lado, y las decisiones son a corto plazo – a mí se me da mejor tener tiempo para pensar. En una regata oceánica estás solo y las decisiones se tienen que tomar a 2-3 días vista por lo menos. Hace falta pensar más, ponderar más factores y ser más analítico. Y sobre todo, creer en el camino elegido. Es muy difícil ser un buen navegante en flota si no has empezado de niño, y no es mi caso.
¿Cuáles cree que serán las mayores dificultades a las que se tendrá que enfrentar durante la travesía?
Si hace buen tiempo, tácticas. Si hace malo, de supervivencia. Si hace poco viento, de sueño. Si hay averías, técnicas. Las que no va a haber seguro son las de motivación, salvo que no hubiese rivales, porque en toda mi vida nunca me he aburrido en el mar.
Además las dificultades que puedan surgir, suponemos que este tipo de navegación tiene también muchos atractivos…cuéntenos, señor Pintos. ¿Qué es lo que más le atrae de las competiciones a este nivel?
El mar. Es así de simple. No podía explicarlo de otra forma. Lo mejor es leer el párrafo inicial de Moby Dick. Melville lo redacta con una elocuencia fuera del alcance de un mortal.
“Llamadme Ismael. Años atrás, no importa cuántos exactamente, con poco, o ningún dinero en el bolsillo, pensé en embarcarme por una temporada y conocer el mar. Es mi forma de hacer desaparecer la melancolía. Cada vez que me sorprendo torciendo el gesto; cada vez que en mi alma hay un noviembre húmedo y lloviznoso; cada vez que me entran ganas de salir a la calle a quitarle a golpes los sombreros a la gente, entonces sé que ha llegado la hora de volver al mar. Escoge cualquier camino, y diez contra uno a que te conduce al agua. Hay algo mágico en el agua que atrae a los hombres desde la tierra…y les guía sobre montañas, por los arroyos y ríos hasta el mar. El MAR, donde cada hombre, como en un espejo, se encuentra. Y así fue como llegué yo puntual a Nueva Bedford, una tarde de sábado lluvioso a finales de 1841” (Moby Dick – Herman Melville).
Con una trayectoria como la suya, habiendo sido subcampeón del mundo de Platú 25, entre otras muchos otros triunfos, supongo que sentirá una cierta presión al participar en este tipo de competiciones… ¿espera mucho la gente de usted?
Le agradezco la deferencia, pero no creo que nadie salvo mi hija tenga semejantes expectativas. Esa trayectoria, en el mundo de la vela, es muy relativa. Los títulos significan muy poco. No son campeonatos del mundo de triatlón ni de boxeo. Si yo hubiese sido Campeón del mundo de Tenis, usted estaría ahora hablando con mi representante. La única trayectoria que aspiro a consolidar es la de ser un buen navegante, ser uno más en la flota sin desentonar, y me falta mucho para conseguirlo.
Modestia y humildad desde luego no le faltan a este gran regatista que, al preguntarle por sus mayores triunfos en el mundo de la vela, no cita su larga lista de títulos, sino su capacidad para trasmitirle el amor por el mar a su hija. Un amor que él mismo heredó de su padre “Chacho” Pintos. “Es –dice- como la canción de los Diplomáticos de Montealto”, el grupo de rock bravú de su Coruña natal: “Miña nai deume os camiños e o meu pai deixoume o mare. Non tiñan máis que deixarme nin eu pensó máis deixar”
Aunque vive en Madrid y en muchas ocasiones no le queda más que mirar al mar con nostalgia, Pintos intenta navegar siempre que puede. Los próximos meses participará en el Circuito Gallego de J70, en la Spi Ouest France, en el Campeonato Gallego de Solitarios del Monte Real y en la Baiona Angra Atlantic Race, a la que, según dice, tiene muchas ganas.
Señor Pintos, ¿ha estado ya en las Azores?
Nunca. Siempre he pasado por debajo.
Donde sí ha navegado es en Baiona, en alguna de las competiciones del Monte Real Club de Yates, que este año vuelve con la Baiona Angra Atlantic Race a las regatas internacionales ¿qué opinión le merece este paso?
He regateado en Baiona con mi padre a principios de los ochenta, y desde entonces siempre he vuelto. Ha sido el club en que me llevé mis primeras alegrías y mis primeras decepciones como deportista fuera de mi casa, el Real Club Náutico de A Coruña. Es lógico porque el Monte Real siempre ha sido el referente en cuanto a nivel de regatas de crucero en Galicia. No es mi club, yo soy de Coruña, pero siempre me he sentido en casa y bien recibido en Baiona. Y, como ya he dicho, celebro que hayan decidido retomar este tipo de regatas, que ya hacían en sus primeros tiempos. Desde luego, para este tipo de iniciativas, pueden contar conmigo.
El regatista coruñés bicampeón del mundo de cruceros y subcampeón mundial de Platú 25, Jesús Pintos, participará el próximo mes de julio en la Baiona Angra Atlantic Race, organizada por el Monte Real Club de Yates y el Angra Iate Clube. La competición partirá el 3 de julio de Baiona rumbo a Angra do Heroismo. Los barcos participantes deberán recorrer las más de 800 millas que separan ambos puntos en un tiempo máximo de 9 días y 8 horas. La segunda etapa partirá de regreso a Baiona el 14 de julio, y el 23 se celebrará la entrega de premios en el Monte Real Club de Yates. El plazo de inscripción ya está abierto y hay descuentos para las tripulaciones que se inscriban antes del 30 de ABRIL.
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
“Retomar na Galiza a tradição das regatas com três dígitos é uma iniciativa que merece um esforço por parte dos desportistas”
Diz que o seu sonho é navegar. O certo é que escutar e falar com este navegador natural da Corunha, da sua paixão pela vela é um pouco complicado. O bicampeão mundial de cruzeiro e vice-campeão mundial de Platú 25, cita Melville para tentar explicar o que sente pelo mar, e agradece iniciativas como a da Baiona Angra Atlantic Race, do Monte Real Club de Yates, porque lhe permitirá participar, partindo desde a sua Galiza natal, numa regata oceânica. A competição partirá no próximo dia 3 de julho de Baiona.
Senhor Pintos sabia que foi um dos primeiros velejadores a inscrever-se na Baiona Angra Atlantic Race?
Não sabia que tinha sido dos primeiros…. Mas sim, inscrevi-me e pronto. Suponho que é a única forma de assegurar uma boa posição num desporto tão incerto como este, porque na classificação já será mais complicado.
O que o levou a participar nesta competição?
O que me animou a participar foram sobretudo as milhas. O feito de que um clube tão querido como o de Baiona tenha decidido retomar a sua tradição de regatas com três dígitos é uma iniciativa que merece um esforço por parte dos desportistas. A outra razão é um sopro de um amigo. Este ano é possível que se retome a preciosa regata Huelva-La Gomera, no próximo mês de setembro e gostava muito de poder participar nas duas.
Como enfrenta um velejador uma competição oceânica deste tipo? Como se prepara mental e fisicamente para a prova?
Com muita garra. As regatas de preparação são difíceis de fazer aqui porque, a não ser que seja alguém que queira subir a França, de resto não existem. Mentalmente viver em Madrid é a melhor forma de conseguir garra para ir para o mar. Fisicamente, a minha mulher encarrega-se disso e procura que eu esteja o melhor possível, na minha idade.
Falemos do barco em que navegará e da sua tripulação.
Farei a Baiona Angra Atlantic Race com o meu barco dos últimos seis anos, se não o vender antes. E isso, falando de barcos, quer dizer muito. Depois de ter navegado milhas e milhas num barco, é como ter convivido décadas com uma pessoa, a quem já dissemos praticamente tudo. No que respeita à tripulação, irei só com um tripulante, e isto porque a regata não permite a classe de solitários.
Como será o dia-a-dia na embarcação? Suponho que haverá rotinas mas também alguma improvisação…
Quanto menos improvisação houver será sinal de que estaremos fazendo as coisas bem. A forma como será a jornada neste tipo de regatas depende sobretudo de duas coisas: da meteorologia e das avarias. A diferença entre esta regata e outra em que se navegue em frota é que em frota os adversários estão à vista e as decisões são a curto prazo. No meu caso prefiro ter tempo para pensar. Numa regata oceânica estamos sozinhos e as decisões são tomadas para um período de 2-3 dias, pelo menos. Faz falta pensar mais, ponderar mais fatores e ser mais analítico. E sobretudo acreditar na escolha efetuada. É muito difícil ser um bom velejador em frota, a não ser que se tenha começado desde criança, o que não é o meu caso.
Quais acha que serão as maiores dificuldades que se terão que enfrentar durante a travessia
Se fizer bom tempo, táticas. Se fizer mau tempo, de sobrevivência. Se fizer pouco vento, de sono. Se tiver avarias, técnicas. O que não vai haver certamente serão as de motivação, a não ser que não tivesse adversários, até porque em toda a minha vida nunca me aborreci no mar.
Para além das dificuldades que poderão surgir, supomos que este tipo de navegação também tem muitos atrativos, Conte-nos senhor Pintos. O que é que mais o atrai numa competição a este nível?
O mar. É assim tão simples. Não podia explicá-lo de outra forma. O melhor é ler o parágrafo inicial de Moby Dick. Melville relata-o com uma eloquência fora do alcance de um mortal.:
“Llamadme Ismael. Años atrás, no importa cuántos exactamente, con poco, o ningún dinero en el bolsillo, pensé en embarcarme por una temporada y conocer el mar. Es mi forma de hacer desaparecer la melancolía. Cada vez que me sorprendo torciendo el gesto; cada vez que en mi alma hay un noviembre húmedo y lloviznoso; cada vez que me entran ganas de salir a la calle a quitarle a golpes los sombreros a la gente, entonces sé que ha llegado la hora de volver al mar. Escoge cualquier camino, y diez contra uno a que te conduce al agua. Hay algo mágico en el agua que atrae a los hombres desde la tierra…y les guía sobre montañas, por los arroyos y ríos hasta el mar. El MAR, donde cada hombre, como en un espejo, se encuentra. Y así fue como llegué yo puntual a Nueva Bedford, una tarde de sábado lluvioso a finales de 1841” (Moby Dick – Herman Melville)
Com uma trajetória como a sua, sabendo que já foi vice-campeão do mundo de Platú 25 entre muitos outros triunfos suponho que sentirá alguma pressão ao participar neste tipo de competições… as pessoas esperam muito de si?
Agradeço o elogio, no entanto acho que ninguém, a não ser a minha filha, terá semelhantes expectativas. Esta trajetória, no mundo da vela, é muito relativa. Os títulos significam muito pouco. Não são campeonatos do mundo de triatlo nem de boxe. Se eu tivesse sido campeão do mundo de ténis, você estaria agora a falar com o meu agente. A única trajetória que aspiro consolidar é a de ser um bom velejador, ser mais um em regata sem destoar e ainda me falta muito para o conseguir.
Modéstia e humildade são qualidades que não faltam a este grande velejador que, ao ser questionado pelos seus maiores triunfos alcançados no mundo da vela, não enumera a sua vasta lista de títulos, mas apenas a sua capacidade para transmitir o amor que tem pelo mar e pela sua filha. Um amor que é herdado do seu pai “Chacho” Pintos. Mesmo vivendo em Madrid, o que faz com que não possa mais do que observar o mar com nostalgia, Pintas procura navegar sempre que pode. Nos próximos meses participará no Circuito Galego de 17, na Spi Quest Francês e no Campeonato Galego de Solitários do Monte Real e na Baiona Angra Atlantic Race, para a qual diz, tem muita garra.
Senhor Pintos, já esteve nos Açores?
Nunca. Sempre passei por baixo.
Desde sempre navegou em Baiona, nalguma das competições do Monte Real Club de Yates, que este ano regressa com a Baiona Angra Atlantic Race às regatas internacionais Que opinião tem sobre este passo?
Já naveguei em Baiona com o meu pai nos princípios dos anos oitenta e desde então sempre tenho lá voltado. Tem sido um Clube que me deu as minhas primeiras alegrias e as minhas primeiras deceções como desportista fora da minha casa, o Real Clube Náutico da Corunha. É lógico porque o Monte Real sempre foi a referência ao nível de regatas de cruzeiro na Galiza. Não é o meu Clube, eu sou da Corunha, no entanto sempre me senti em casa e bem recebido em Baiona. E como já disse, congratulo-me que tenham decidido retomar este tipo de regatas, que chegaram a fazer nos seus primeiros tempos. Desde logo, para este tipo de iniciativas, podem sempre contar comigo.
O velejador natural da Corunha, bicampeão do mundo de cruzeiros e vice-campeão mundial de Platú 25, Jesús Pintos, participará no próximo mês de julho na Baiona Angra Atlantic Race, a regata oceânica entre a Galiza e os Açores, organizada pelo Monte Real Club de Yates e o Angra Iate Clube.
A competição partirá no dia 3 de julho de Baiona com destino a Angra do Heroísmo. Os barcos participantes deverão percorrer as mais de 800 milhas que separam ambos os pontos num tempo máximo de 9 dias e 8 horas. A segunda etapa partirá de regresso a Baiona no dia 14 de julho, e no dia 23 será a entrega de prémios no Monte Real Club de Yates. O prazo de inscrição já está aberto e existem descontos para as tripulações que se inscrevam antes do dia 30 de março Toda a informação sobre a regata pode ser consultada no web do Monte Real Club de Yates www.mrcyb.es
Es una entrevista de Rosana Calvo, responsable de comunicación del MRCYB
Su Majestad el Rey inaugura en Baiona la exposición del 50 aniversario del Monte Real Club de Yates
· La muestra fotográfica “Monte Real Club de Yates: 50 años de historia” resume en imágenes los capítulos más importantes del club en su medio siglo de vida
· Don Felipe es Presidente de Honor del Monte Real desde 1986 cuando participó como regatista en la primera edición del Trofeo Príncipe de Asturias
· En su visita, Su Majestad el Rey, estuvo acompañado por la junta directiva del Monte Real y por representantes de las principales empresas patrocinadoras del club
Baiona, 15 de julio de 2015 .- Su Majestad el Rey inauguró este miércoles en Baiona la exposición fotográfica “Monte Real Club de Yates: 50 años de historia”, que resume con imágenes el medio siglo de vida del histórico club baionés.
Se trata de la primera visita de Don Felipe como Rey de España al Monte Real Club de Yates, del que es Presidente de Honor desde el año 1986, cuando participó como regatista en la primera edición del Trofeo Príncipe de Asturias.
Su Majestad el Rey llegó a Baiona en torno a las ocho de la tarde y, tras ser recibido por el alcalde de la villa, Jesús Vázquez, y el presidente del Monte Real, Gabriel Baltar, participó en una reunión extraordinaria de la junta directiva, en la que se ratificó el nombramiento a título póstumo del ex presidente del club, Don Rafael Olmedo Limeses, como socio de honor del Monte Real. A la sesión también asistió como invitada su viuda, Mari Alonso, que agradeció al monarca los gestos de cariño que tuvo con su familia tras el fallecimiento de Don Rafael, al enviarles una carta de pésame.
Tras mantener una charla distendida sobre asuntos del mundo náutico como, por ejemplo, la última edición de la Volvo Ocean Race, el presidente del Monte Real, Gabriel Baltar, agradeció también a Don Felipe su presencia hoy en el club, y el apoyo manifestado a lo largo de los años con su participación en diversas ediciones de sus regatas y en varias entregas de premios.
Al finalizar la reunión, Su Majestad el Rey accedió al salón Playa Ribeira del Monte Real para visitar la exposición fotográfica “Monte Real Club de Yates: 50 años de historia”, una muestra de 75 imágenes que repasan los capítulos más importantes del club.
Don Felipe pudo recordar así muchos de los momentos vividos en el Monte Real, al que durante años acudió para participar como regatista en algunas de sus competiciones deportivas.
Durante su visita a la exposición, estuvieron todos los miembros de la junta directiva del club y por varios representantes de Repsol, ABANCA, SabadellGallego, Baitra, Bodegas Terras Gauda y Storax, principales empresas patrocinadoras de los eventos organizados por el Monte Real.
Como recuerdo este día, en el club luce desde hoy una placa que deja constancia de la visita del monarca al Monte Real con motivo de los actos del 50 aniversario.
Monte Real Club de Yates: 50 años de historia
“Monte Real Club de Yates: 50 años de historia” es una exposición fotográfica que resume con imágenes el medio siglo de vida del histórico club baionés. Desde su nacimiento, el 24 de marzo de 1965, el Monte Real ha protagonizado algunos de los capítulos más importantes de la historia de la vela, lo que le ha permitido convertirse en referente indiscutible de este deporte en España.
La muestra recuerda muchos de esos momentos, como la Regata del Descubrimiento de 1972, con la que el club empezó a sonar con fuerza en el panorama náutico internacional, varias ediciones de la Lymington – Baiona, campeonatos de Europa y del Mundo, y numerosas regatas internacionales de Match Race de grado uno, en las que participaron los mejores patrones a nivel mundial.
Un apartado especial de la exposición está dedicado al Desafío Copa América presentado en 1989, con el que la competición más prestigiosa del mundo tuvo, por fin, un representante español. En 1992 España acudió por vez primera a la Copa América de la mano del Monte Real, una hazaña que el club baionés repetiría en dos ocasiones más, en los años 1995 y 2000.
“Monte Real Club de Yates: 50 años de historia” repasa también la evolución de las instalaciones del club en Baiona, desde que fueron inauguradas en 1967, hasta la actualidad. La construcción del dique de abrigo, la ampliación de los pantalanes o la eliminación de las barreras arquitectónicas son algunos de los hitos que se recuerdan.
A lo largo de la exposición adquiere una presencia destacada la figura de Don Rafael Olmedo, presidente del Monte Real durante más de 40 años. Varias fotografías recuerdan, por ejemplo, su nombramiento como hijo adoptivo de Baiona o su distinción con la Medalla de Oro al Mérito de la Vela, otorgada por la la Real Federación Española de Vela.
La presencia de varios miembros de distintas generaciones la Familia Real, algunos de los barcos históricos que navegaron luciendo la grímpola del Monte Real o la visita del equipo de la última Volvo Ocean Race a Baiona son otros de los momentos que se recuperaron del archivo histórico del club para la exposición.